Capítulo 41: Cena.

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~Narración de Ezra~

El príncipe se tomaba en serio su tarea de conquistarme, tanto así que para lo único que me dejaba era para dormir o ir a asearse. Ya que era una falta de respeto total tener guardias personales frente a la familia imperial, casi no veía a Larion. Por alguna razón empezaba a sentir aquellos malestares que tenía en los inicios de Ofelia y algo me decía que podría estar ligado a la distancia con Larion pero ¿Cuál era la relación entre esos dos acontecimientos? Nisiquiera se me daba una vaga idea así que intenté dejar de buscar la respuesta y centrarme en el té que estaba tomando junto al príncipe.

-¿Sabes? No deberías acercarte mucho a mi padre. Prácticamente tenemos los mismos conocimientos y gustos, tal vez el si te pueda obligar a casarte con él.

Desconcertado miraba la molestia y frustración del príncipe pero di un pequeño sorbo al té antes de hablar.

-Alteza, aprecio mucho que me tenga confianza para hablar así y considerar eso por mi bienestar pero sus palabras podrían considerarse blasfemia.

-¿Y eso qué? No puedo permitir que mi padre ponga sus garras doradas sobre ti.

-Aún así, su alteza. No puedo tomar sus palabras ya que no conozco personalmente al emperador y lamento decirle que esta noche tendré que cenar a solas con él para discutir el asunto formal que vine a tratar como enviado de Ixivia.

-¿Qué? ¿Debes tratar ese asunto con él en privado? Eso es una locura, siempre la familia imperial debe estar presente en acontecimientos así pero supongo que cambió de opinión luego de verte.

Con gracia vi al frustrado príncipe comerse una galleta de chocolate. Sus murmuros le hacían parecer que estaba ideando un malvado plan. Por un momento la idea de que se veía atractivo pasó por mi mente.

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La tarde siguió normal hasta que la hora de la temeraria cena llegó. Fui vestido de manera cuidadosa, con las ropas negras que mandé a diseñar mientras aún estaba en Ixia.

-Representante de la delegación enviada por el Imperio Ixivia, Duque Ezra Briefadel, ha llegado.

Las grandes puertas del salón se abrieron luego de que fui presentado y manteniendo mi postura firme pero elegante, avance a la que podía ser una oportunidad de oro o mi propia perdición.

-Duque Ezra Briefadel saluda al sol del Imperio. Que la diosa siempre lo acompañe e ilumine su camino hasta que la hora del juicio final sea dictada.

-Bienvenido, Duque. Vamos tome asiento, puede estar en confianza conmigo.

Nuevamente aquella voz profunda que causaba escalofríos, esos ojos que parecían ver a través de tus intenciones y esa sonrisa... que denotaba sadismo.
Sin dudar me acerqué a la mesa luego de reverenciarlo y me senté en el lugar que se supone debía ocupar, de frente a él, pero claramente era bastante la lejanía entre ambos.

-Considero que si se sienta tan lejos no podremos hablar como se debe ¿Por qué no viene y se sienta a mi lado?

Aquello me hizo tensar. Sentía que si nos sentábamos tan cerca, el podría ver hasta mi último pecado.
Mantuve la compostura y me senté donde me indicó, a su lado derecho. Lugar que nisiquiera la Reina puede ocupar ya que únicamente le pertenece a la Emperatriz.

-Me siento muy honrado ya que una persona como yo se puede sentar a su lado.

-Oh, vamos. No es para tanto, solo es un asiento ¿Verdad?

Me limité a sonreír y asentir para que luego el emperador de inicio a la cena. La comida era realmente deliciosa pero la tensión del ambiente no me dejaba disfrutarla correctamente.

-No pude evitar notarlo. Pero esas prendas, a pesar de ser el color del luto, se ven realmente bien ya que lo vi usuarlo de manera cotidiana pero en diseños realmente innovadores.

-Me alegra que a su majestad le haya gustado. El color negro es un color realmente bello pero que usualmente se utiliza para demostrar tristeza, dolor y pérdidas. Pero considero que también aporta mucha elegancia a la persona, sin importar su género y edad. En ningún reglamento especifica que el color negro no se pueda usar como un color usual pero ya eran costumbres milenarias así que nadie nunca lo intentó.
Junto a unos diseñadores de confianza, saqué esta línea de ropa y prontamente empezaré a comercializarla.

-Vaya. Jamás se me hubiera ocurrido ni en mis sueños más intrépidos. Pero debo aceptar que el concepto y el resultado es realmente interesante. Además de que el modelo lo luce realmente bien, creo que es muy famoso en Ixivia ya que es el Duque quien lo utiliza.

-Oh majestad, se equivoca. Hay muchos nobles que lamentablemente de rehúsan a utilizar el color negro ya que es una falta de respeto a quienes ya no de encuentran con nosotros pero esa jamás fue mi intención.

-Lo comprendo completamente. Las generación antiguas son las que más se rehúsan a cambiar tradiciones.

La charla divagó en temas similares y justo cuando empezaba a relajarme, el emperador tocó el tema que nos trajo aquí.

-Escuché que el Duque tenía una propuesta muy importante para mí.

-Su majestad está en lo correcto. La razón principal por la que vine a verlo es porque me gustaría formar un trato entre nuestros Imperios.
Escuché que últimamente, Albania tiene varios problemas con sus suministros de alimentos lo cual es algo realmente importante ya que podría afectar, no solo a su gente, sino también a usted y sus tropas.
Claramente Ixivia no está excento de problemas y sufrimos de mucha escasez para poder producir herramientas mágicas en masa como lo hace Albania. Y aquí está mi propuesta, me gustaría negociar con usted la idea del libre comercio entre Ixivia y Albania. Conozco mejor que nadie la historia de rivalidad entre nuestros imperios a pesar de que hace cientos de años el tratado de tregua fue firmado. Quiero acabar con esas diferencias que nos separan ya que juntos seremos imperios imparables.

El silencio del emperador luego de mi discurso me hacía helar la piel del temor y los nervios pero su tétrica sonrisa solo me hizo sentir aún peor.

-Esa si que es una idea... sorprendente... me imaginé mil cosas que podría proponer pero nunca pensé en esto. Es verdad que Ixivia es el mayor productor de cultivos en el mundo y Albania el mayor productor de Herramientas mágicas. Considero que es una buena idea pero claramente no es algo que puedo decidir ahora. Debo comunicarlo al consejo de nobles y luego llegar a un acuerdo contigo y tu emperador sobre los porcentajes de entregas. En simples palabras yo estoy de acuerdo, claro, siempre y cuando las cantidades sean beneficiosas.
Mañana por la noche será el banquete en honor a la llegada de tu delegación, por la mañana estarás recibiendo noticias mías para que nos reunamos y hablemos de los términos del contrato.

-Majestad, se lo agradezco mucho. Su sabiduría es lo que lo mantiene en lo alto. Me encantaría aprender de usted.
¡Oh! Antes de que lo olvide. Quería darle otro regalo por haberme recibido a pesar de su apretada agenda

Un sirviente entró con una caja bien decorada y se acercó al emperador. El emperador abrió y sorprendido notó que era ropa, pero claro, en colores blanco, negro y dorado. Una combinación perfectamente armoniosa.

-Pensaba que le podría gustar y estaría muy agradecido de que me de su opinión luego ya que fue una prenda que diseñé personalmente.

-Vaya, el Duque no deja de sorprenderme.

¡Voy a hacerlos caer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora