Capítulo 38: Príncipe.

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~Narración de Ezra~

Estaba a punto de soltar el insulto más noble posible pero algo hizo "click" en mi mente de inmediato.
Miré su ropa para confirmar y efectivamente, era la ropa que utilizaba la familia imperial de Albania. Eran inconfundibles los detalles hechos con hilos de oro y las joyas que adornaban armoniosamente las prendas resaltando la belleza de su portador.
Adopté una postura herguida para luego reverenciarlo.

-Ezra Briefadel saluda a la estrella del Imperio, Ilial Whals.

No parecía inmutarse a mi saludo, aún así no daba indicio de querer soltar mis manos por lo que tuve que apartarlas suavemente.

-Alteza, estoy realmente halagado por su consideración pero no creo que eso sea posible.

-¿Por qué no?

Bien, efectivamente parecía que jamás se le había negado algo ya que su desconcierto era preocupante y divertido en igual medida.
Aclaré mi garganta e intenté explicarle lo mejor posible.

-Alteza, soy el Duque principal del Imperio Ixivia, no puedo aceptar su petición ya que hay muchas personas que aún me necesitan y que deseo ayudar.

Se quedó en silencio sin apartar su mirada de la mía lo cual me generaba cierta ansiedad.

-Bien, en ese caso haré que cambies de opinión. Vamos a almorzar.

Realmente no era el comportamiento apropiado para un príncipe heredero pero parecía alguien que podría ser fácilmente manipulado por sus deseos.

-Como su alteza desee.

Lo reverencié y lo seguí en silencio manteniendome siempre unos pasos detrás de él, era etiqueta básica después de todo ya que no teníamos la misma jerarquía.

Caminamos un largo tramo en un incómodo silencio pero no tardamos en llegar a unas puertas gigantes. Unos guardias las abrieron y me sorprendió ver tanto lujo en una sola sala. Nisiquiera el palacio de nuestro emperador era tan... dramático.
Me dejé guiar por la sirvienta y tomé asiento. Para mi sorpresa el príncipe pidió que los sirvientes se retiren una vez sirvieron los platos y se sentó a mi lado.

-Quiero que me cuentes de ti y de tu Imperio.

Bueno, eso fue inesperado pero no podemos dejar de responder.

-Soy el segundo hijo que tuvo el difundo duque Briefadel y su esposa. Actualmente tengo 24 años y soy considerado el duque más joven en mi imperio. El imperio de Ixivia suele llamarse "La tierra blanca" ya que en el invierno las nevadas son abundantes y hay árboles cuyas hojas se quedan blancas a pesar de ya no haber nieve, incluso en verano la temperatura más alta es de 22 grados. Las principales actividades comerciales son: caza, agricultura, minería y fabricación de herramientas mágicas.

No sabía que más comentar así que guardé silencio. Como él no comía aún, yo tampoco podía hacerlo ya que al tener el titulo real más alto en la sala el debía iniciar a comer para yo seguirlo.

-Si no quieres ser mi concubina... te pediré a mi padre como regalo de cumpleaños.

No podía creer que lo dijera con tal seriedad que no pude evitar reírme pero intenté calmarme aclarando mi garganta.

-Lo siento... eso me tomó desprevenido.

Lo vi relajarse y empezar a comer por lo cual aliviado comí también. La comida sabía realmente bien y para mi era completamente nueva ya que era propia de este imperio. En Ixivia casi no se comían platillos extranjeros a menos que sean en restaurantes específicos permitidos por el emperador ya que él considera que podría perderse... el gusto a nuestras tradiciones.
A pesar de disfrutar de la comida mantuve mi elegancia en todo momento.

El pequeño almuerzo transcurrió sin más problemas excepto que fui gentilmente invitado a una caminata romántica por el jardín privado del príncipe a media noche. Seguía siendo un invitado y alguien... "inferior" a él por lo cual no podía tomarlo a la ligera y que terminen por decapitarme por ofender a la corona.

Agotado me fui a mi habitación y ni tan a mi sorpresa Athal y Larion me esperaban dentro.

- ¿A que se debe esta... grata visita?

-El duque no volvía entonces me preocupé y decidí esperarlo aquí.

-El duque Winchester estaba tan preocupado que decidió hurgar en sus cosas para ver una forma de... encontarlo a usted.

Comentó Larion mirando con completo odio a Athal el cual parecía estar divertido con la situación.
Solté un largo suspiro y me lancé a mi cama boca abajo para así cerrar mis ojos. Lidiar con las personas era realmente estresante y me agotaba más que correr por todo el palacio imperial.

Ante mi acción los dos estaban tanto sorprendidos como preocupados.

-¿Duque Ezra?

-M...Maestro ¿Qué sucedió?

De mala gana abrí mis ojos y me coloque boca arriba notando que cada uno estaba a un lado mío, situación que me generó escalofríos.
Punto a parte, realmente necesitaba empezar a comentar mis problemas porque no quería sufrir un ataque de pánico por guardarme todo.

-Como ninguno de mis sirvientes estaba aquí para ayudarme decidí desempacar solo; en eso alguien abre la puerta. Era un hombre elegante y atractivo se acercó y me tomó de las manos para decir que yo seré su concubina.
Me enteré que es el príncipe heredero de aquí y me llevó a almorzar.

Hable rápido por la ansiedad que me generaba la extraña situación. Una vez terminé tomé aire y los miré. Ellos parecían ¿molestos?

-Esto es inaceptable. Hablaré con su majestad sobre el comportamiento inapropiado de su alteza hacia usted, un enviado diplomático.

-No, Duque Winchester,no es necesario. Recuerde que aquí solo somos extranjeros que habitan momentáneamente el palacio. Cualquier cosa que no les guste podría ser considerado una ofensa a la corona y mandarnos a decapitar.
Además, usted mejor que nadie sabe cual es mi misión aquí y planeo cumplirla. Cueste lo que cueste.
Ahora sí, si me disculpan con todo respeto... les pediré que se larguen de mi habitación y me dejen dormir un puto momento.

Sin esperar respuesta me envolví en las sábanas. Sabía que probablemente no se esperaban eso de mi pero realmente necesitaba dormir para ganar fuerzas. Lo siguiente que escuché fueron pasos y la puerta cerrarse. Por fin estaba sólo... ¿ O no?

¡Voy a hacerlos caer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora