Capítulo 4: Adaptacion a la nueva vida

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Todo fue realmente bonito y conmovedor el día anterior, hasta que al día siguiente me desperté a las cinco a.m ... ¡a las cinco! No puede ser... Este cuerpo ya estaba acostumbrado a ello así que fue totalmente contra mi voluntad.

Aún así suspiré intentando calmarme. Fue raro, pero dejé que me vistan y fui a desayunar mientras Sebastian me leía las actividades del día.
Es un nombre típico para un mayordomo pero en fin, gustos del autor.

Volviendo a lo que decía, Sebastian canceló encuentros importantes por el accidente de ayer y por más que insistió en que me vaya a descansar de nuevo algo dentro de mi me decía que no iba a ser bueno.
Terminé el desayuno y mi cuerpo me guió hacia la que sería mi oficina, es útil que mi cuerpo conozca el lugar pero es incómodo que mi mente no lo haga.

Me senté frente al gran escritorio de roble que estaba decorado con bordes dorados y me dispuse a leer montañas y montañas de papeles. Los recuerdos y conocimientos del anterior dueño de este cuerpo fueron muy útiles para saber que hacer en cada petición y problema por lo cual no tardé más de tres horas en acabar todo.

Agotado tomé el té de lavanda que Sebastián me trajo que por cierto, la novela mencionaba que era el favorito de Ezra y ya veo por qué.

-¿Hay alguna otra actividad que deba hacer ahora?

Al oír mi pregunta Sebastian niega.

-Ya ha terminado con la agenda por hoy. Ahora debe relajarse señor, le sugiero que vaya a descansar. En unos minutos le llevaré unos postres.

Habló de forma amable y con una sonrisa.

- Gracias Sebastian, tu también descansa cuando termines tus tareas.

El hombre asintió en respuesta.

Cansado y con el cuerpo adormecido me puse de pie y me estiré levemente. Salí de la oficina y dejé que mi cuerpo me guíe; cada que alguien pasaba a mi lado me saludaba y yo respondía al saludo como Ezra lo haría.

Luego de caminar un rato llegué a un hermoso jardín y fui paseando dejando que la brisa y el aroma a a rosas me envolviera.

Seguí en aquella calma hasta que escuché una voz detrás mío.

-Duque...

Se me hizo una voz familiar así que me di la vuelta para ver quien me había hablado.

¡Voy a hacerlos caer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora