-Espero estés listo, pequeño duque mimado.
Ahí estaba de nuevo, el tono despectivo de nuestro querido Larion hacia mi persona. No sabía ya que preferir, si el trato bueno o el malo, de todos modos no me agradaba ninguno. Ambos nos pusimos en posición de batalla y una campana imaginaria sonó dando inicio al tan esperado combate.
Mi cuerpo se movía con ligereza y la adrenalina llenaba mi cuerpo haciéndome emocionar y asustar en igual medida.
Sentía que sabía cada movimiento de mi oponente quien por cierto era bastante bueno por lo que la idea de perder aparecía constantemente en mi mente pero Ezra hacia acto de presencia y terminó luchando en mi lugar.Pie derecho atrás, izquierdo delante, balanceo de la espada hacia la izquierda luego a la derecha, más que un enfrentamiento parecía una agradable pero peligrosa canción.
En un momento, mi voz pareció fusionarse con la de Ezra diciendo: Un último intento.
Tal como lo decía mi querido protagonista de Madrid Zombie, mi libro de ficción interactiva favorito pero que lamentablemente jamás pude terminar.Ni bien la palabra resonó en nuestra mente me abalancé una última vez hacia Larion y di el ataque final que le hizo perder su espada.
Agotado jadeaba en busca de aire para sus pulmones.
-Nada mal, es la primera vez que me derrotan pero te la dejé muy fácil por que se que aún estás débil.
Larion fue el primero en hablar con su característica arrogancia y malhumor. Lo vi recoger su espada y sólo pude reír para tomar del agua que el mayordomo hizo aparecer mágicamente, es más, nisiquiera sabía que el estaba ahí hasta que me extendió la botella y otra a Larion.
-Fue divertido pero si de verdad me diste la ventaja... no debías, ahora me burlaré de ti por perder ante mi.
No iba a quedarme atrás con las burlas ya que él tampoco se guardaba nada. Su expresión de molestia fue notoria de inmediato lo cuál me hizo reír.
-Tranquilo, no me burlaré ahora, lo haré luego. Iré a darme un baño, mientras tanto tómate un descanso.
No iba a esperar a que me responda diciendo cosas como que Evan no le iba a dejar que me deje sólo por lo cuál preferí darme la vuelta y caminar con prisa al interior de la mansión ignorando por completo sus reproches.
Ni bien llegué la tina ya estaba lista, el mayordomo de Evan era bastante competente pero Sebastián lo era también.
Me despojé de mis prendas hasta por fin meterme a la gran tina. Sólo era típico en mujeres el uso de esencias en los baños pero empecé a pedirlo también ya que no eran muy agradables los perfumes masculinos aquí, aún así la gente no sospechaba y pensaba que andaba con alguna mujer o alguna otra tontería similar.Miré mi largo cabello flotar en el agua Y empecé a acariciarlo.
- Quiero cortarlo.
La dulce voz de Ezra resonó en mi mente. El cabello largo le quedaba realmente bien pero hasta a mi me era incómodo así que no me negué.
-Traeremos a alguien que nos corte el cabello, no desesperes.
Sentía una clase de incomodidad enorme, al igual que impotencia y desaprobación. Estos sentimientos eran de Ezra, sabía bien lo mucho que odiaba su cabello largo.
Incómodo para dormir y difícil de mantener, pero por sobre todo, era la muestra de que amaba a Dorian desde la niñez. El bastardo le dijo a un pequeño Ezra que el cabello largo se le vería mucho mejor que el corto por lo cuál se lo dejó crecer hasta la actualidad pero ahora era mucha más molestia que antes.Inquieto, llamé al mayordomo de Evan quien entró de inmediato al baño.
-Si señor, dígame lo que necesite.
-Por favor, llama a un estilista lo más rápido posible, necesito un cambio urgente.
El mayordomo parecía preocupado y desconcertado en partes iguales pero obedeció sin preguntar.
En su ausencia me dió tiempo de salir de la tina y ponerme sólo una bata ya que en menos de cinco minutos el estilista estaba ya en mi habitación.-Oh mi... ¡Mi Señor el Duque! Pensé que se había olvidado de mí, no sabe lo dolido que estaba.
Habló un chico más o menos de la edad de Evan expresando su pesar dramáticamente.
-Si el señor me ha llamado con tanta urgencia debe ser algo grave, dígame ¿qué debemos cambiar? Aunque por supuesto, el duque es espléndido de la forma que sea.
No pude evitar reír ante sus palabras tan locas y extrañas para alguien de la época.
-Tranquilo Logan. Lo primero... será un corte de cabello.
Me senté en una silla frente a un espejo y me crucé de piernas sin olvidar que sólo llevaba una bata encima pero a nadie parecía interesarle.
La sorpresa en Logan y el mayordomo era enorme.-Habla... de un corte de puntas... ¿verdad?
-No, hablo de un gran corte. No uno para dejarme completamente calvo, pero me gustaría que sea... tanto como él que usaba de niño.
Logan me conocía de pequeño y sabía a lo que me refería pero aún no salía de su sorpresa. Sabía que no debía preguntar así que sin más, volvió a su estado juguetón y empezó a cortar mi cabello de la forma indicada.
Cada trozo menos de cabello era un peso menos en nuestro corazón lo cuál me hacía sonreír de forma leve.Una vez terminado el corte, me veía mucho mejor que antes, siendo que no sabía que era posible. Me sentía más liviano pero por sobre todo, muy, muy feliz.
Lo siguente a esto fue darme otro baño y con ayuda de Logan vendí absolutamente toda mi ropa y las joyerías/regalos que Dorian me daba.
Compré muchas cosas nuevas, en especial ropa la cuál diseñé personalmente a pesar de que no la confeccioné.
Agregué colores como el negro, el cual sólo se usaba en el luto, el azul oscuro el cual se usaba en las celebraciones del imperio y muchos otros colores poco usuales pero muy buenos.Sobra decir que todos estuvieron sorprendidos con mi transformación pero aún así mostraron su apoyo desde el comienzo. Ahora si, estaba listo para ir a ver al emperador.
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¡Voy a hacerlos caer!
FantasyEl mismo cliché de transmigrados pero gay. ________________ Jack Miller, un adulto joven que no destacaba en su vida diaria se queda dormido y despierta en medio de un bosque. Descubre que está en una novela que había leído y ahora es Ezra Briefadel...