Capítulo 29: ¿Por qué siento ésta presión en mi pecho?

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~Narración de Ezra~

Larion estaba allí, esperándome en la puerta de mi habitación como si fuera de lo más normal del mundo.
Al oír mis pasos, sus ojos hicieron contacto visual con los míos y de inmediato me sentí cohibido nuevamente.
Respiré profundo y me acerqué a abrir la puerta. El no necesitó que se lo indique ya que entró detras mío y cerró la puerta para así acostarse de lado en el sofá que había en mi habitación, todo esto sin dejar de ver cada cosa que hacía.

-¿Y bien? ¿Qué encontraste?

-Vaya ¿No puedo simplemente hacer una visita nocturna al Duque sin motivo de trabajo?

-Ambos sabemos mejor que nadie que si te fuese posible evitarías verme en todo el día.

-Bien, en eso no se equivoca. Conseguí hacer lo que me pidió~ ¿No merezco a caso un premio?

-Ya tuviste tu pago ¿A caso eres un perro para tener un premio?

Desinteresado hablé disfrutando su molestia. Abrí el gran armario y de forma prolija guardé la chaqueta y poco a poco me fui desvistiendo ante su atenta mirada hasta únicamente quedar en ropa interior.

-Vaya, jamás pensé que tomarías la iniciativa pequeño Duque~

Burlezco hablaba sin despegar su vista de mi cuerpo.
No iba a negar que estaba bastante avergonzado por estar así de expuesto pero necesitaba dormir para recuperar toda la energía que perdí con Arya. De todos modos... secretamente disfrutaba sus ojos en mi cuerpo lo cual me hizo sonreír de forma inconsciente.

Apartando esos raros pensamientos, tomé la ropa que los sirvientes había puesto con anterioridad sobre la cama y con algo de prisas me vestí.

-Eso fue bastante rápido, no me dejaste disfrutar correctamente tu cuerpo.

Habló con decepción.

-Ya déjate de tonterías y dime que encontraste, aparentemente no sólo te estás quedando para decirme que ya no hay rumores.

-Mi Duque, tan astuto como siempre.
Encontré cosas muy interesantes~

Me senté frente a él y le miré esperando continúe.

-Arya Echarmin es el amante de la miserable Charlotte Uradel, hija de un Conde.

Al oír ese nombre se me puso la piel de gallina y un fuerte escalofrío recorrió mi cuerpo. Aparté los malos pensamientos de mi cabeza y evité mirarlo a los ojos ya que sabía que probablemente notaría mi malestar.

-¿Y? ¿Qué tiene que ver sus amoríos conmigo?

-Calma~ aún no termino. Charlotte también es la amante de Raziel Neville, el guardián del Imperio y como sabes... del Marqués Dorian Boyle.

Sentí mi corazón estrujarse del dolor al oír el nombre de Dorian y no pude evitar hacer una mueca.
Cuando me di cuenta Larion estaba enfrente mío sujetandome de las mejillas haciendo que lo mire, por primera vez, sus ojos denotaban preocupación; sólo entonces me di cuenta de que estaba llorando.

-¿Qué sucede Ezra? ¿Es por lo que dije? Ya no lo volveré a mencionar pero no llores...

El sonrojo en mis mejillas era ran grande como mi sorpresa. Larion jamás se comportó tan preocupado por mí antes pero... cuando escuché mi nombre saliendo de su boca... fue un remolino de sensaciones en mi interior.
Miré sus ojos y luego sus labios pero aparté el sentimiento y sus manos de mis mejillas evitando hacer alguna tontería.

-Eso es todo por hoy, retírate por favor.

Larion parecía... ¿Dolido? ¿Desconcertado? Tal vez ambos pero ahora mismo no podía lidiar ni conmigo mismo.

No dijo nada, simplemente secó mis lagrimas con sus pulgares y se marchó.
Estuve un rato sentado pensando, me salté la cena y tan sólo me acosté a dormir intentando dejar el torrente de emociones a un lado.

~Narración de Larion~

Había logrado sin mucho esfuerzo lograr lo encargado por el Duque y emocionado por pedir otro premio me dirigí a hablar con él pero me encontré con que tenía invitados.
Gracias a la sirvienta supe que se trataba de un tal Sol; para un archimago e informante no fue difícil averiguar que se trataba del príncipe imperial.

Disgustado de que venga a interrumpir mi preciado tiempo, decidí esperar al Duque en la puerta de su habitación, quien para mi sorpresa, tardó un poco.

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Ezra llorando, pensé que ni con toda mi inmortalidad lo vería así. Su expresión me contaba todo, una mezcla de resentimiento, dolor y amargura pero no podía saber exactamente porqué.
Simplemente actué sin pensar pero eso no pareció hacerle un bien y decidí marcharme ni bien me lo pidió.

Mi pecho dolía y me sentía ¿triste? O ¿decepcionado? Pero ¿por qué?
¿por que rechazó mi consuelo? ¿o por no saber el motivo exacto de su dolor?
Siempre me imaginé que sería gratificante ver llorar a tan altanero y extraño Duque pero realmente me sentía muy mal.
La imagen de él llorando se repetía una y otra vez en mi cabeza ¿Qué es ésta presión en mi pecho?

Molesto por no saber ni entender mis sentimientos, investigué y sólo mas tarde me enteré de la relación que alguna vez tuvo con el Marqués de Boyle.

¡Voy a hacerlos caer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora