~Narración de Ezra~
Su toque frío actuaba como un calmante al calor intenso en mi cuerpo cosa que, muy a mi pesar, me agradaba. Sentía como si lentamente mi mente se iba adormeciendo dejando espacio únicamente a las sensaciones que él me causaba. El disgusto y la tensión iban pasando a segundo plano.
-Ahora estamos en confianza ¿No? No te preocupes Ezra, te haré sentir muy bien, tanto que olvidarás a cualquier hombre o mujer que haya estado en tu vida.
Aturdido sentí que me levantó como si nada y me llevó a la cama que estaba a un lado en la cabaña. Era verdad que Eliezer es "un humano normal" pero no deja de ser un mercenario experimentado por lo que no era de extrañar su fuerza.
Contrario a la brusquedad con la que esperaba ser tratado, se entretuvo besando y dejando diversas marcas en mi cuello a medida que sus manos empezaban a desabotonar y abrir mi camisa. Me sentía cohibido, tanto que iba a protestar pero aparentemente lo vio venir y volvió a besarme.
Sus manos frías recorrieron mi abdomen sin pena alguna y bajaron hasta llegar a mi pantalón y acariciar de forma tortuosa mi erección por encima de la tela cosa que me hizo enojar y le mordí el labio haciendo que deje de besarme.-No juegues conmigo, imbécil.
-No sabía que estabas tan ansioso~ bien, iré más rápido.
Me tomó de sorpresa como en un solo movimiento me despojó de mis pantalones. Por acto reflejo intenté cubrirme pero tomando el pañuelo blanco que antes tenía en el cuello, ató mis manos a la cabecera de la cama.
-Quieto duque rebelde, si intentas detenerme tan seguido no podremos jugar bien~
Retomó sus besos a mi cuello y solo me di cuenta que me mordió en la clavícula cuando mis sensores de dolor salieron disparados haciendo que ahogue un quejido pero rápidamente el sonido se transformó en una inhalación de sorpresa al sentir como empezaba a masturbarme de forma lenta y tortuosa.
-¿Qu-qué eres? ¿U-un perro?
-No puedes cogerte al Duque todos los días ¿sabes? Solo quiero asegurarme de que todos lo sepan. En especial tu amante ¿O debería decirlo en plural?
Mi desconcierto pasaba a segundo plano con todo lo que me hacía sentir, el dolor mezclado terriblemente con el placer, sentimientos fuertes pero difíciles de explicar en simples palabras.
-Ahora cierra tus ojos cariño, pronto estarás por completo bajo mi mando.
Cubrió mis ojos con su palma y eso es todo lo que recuerdo, o más bien, lo que estoy dispuesto a recordar.
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Abrí mis ojos de golpe y aturdido fui comprendiendo de forma lenta donde me encontraba y que había pasado. Sentía que no podía pensar con claridad, como si quisiese aferrarme a los pensamientos y memorias que llegaban a mi pero fluían como el viento sin poder entenderlas. Una cosa era segura, lo había hecho con Eliezer ya que el dolor en mi cadera y zona baja era tan ensordecedor que me era imposible no prestarle atención.
Nisiquiera intenté levantarme, iba a ser un sufrimiento en vano, simplemente me limité a cubrir mis ojos con mi antebrazo para evitar los molestos rayos solares que me habían despertado en un incio y mientras tanto intentaba huir de mis pensamientos. El punto bueno era que ahora mismo me encontraba limpio. Sin ropa, pero limpio. Las mordidas y marcas de uñas y dedos en mi cuerpo estaban cubiertas por algunas vendas y pomada. Este bastardo, en vez de usar magia para curarme, quiere que queden las marcas en mi piel.
-Veo que ya despertaste. Dormiste mucho ¿Sabes?
-Hubiera tardado menos si alguien no se hubiese comportado como un animal en celo.
-Oh, tienes razón, pero no te sientas tas culpable, fuiste el animal más hermoso~.
Furioso le lancé la almohada al rostro cosa que le hizo reír.
Se acercó a mi con unas píldoras y un vaso con agua.-Bebe esto. Es para el dolor.
Miré con desconfianza lo que me ofrecía.
-¿Qué? Solo es un analgésico. Lo necesitarás si quieres caminar hoy. Aunque si te quedas aquí no me opondría.
-Ya deja de decir idioteces.
Agarre la píldora y la bebí con el agua que me ofrecía. Debía ser agua bendita ya que el dolor pasó de inmediato por lo que pude sentarme con confianza.
-No pensé que te quedarías a cuidar de mi.
-¿Por quien me tomas? Soy un hombre con conciencia. Siempre cuido de mis parejas.
Noté como traía mi ropa la cual estaba limpia y planchada a diferencia de como quedó ayer. Notando que tenia intenciones de vestirme, no me opuse, seguía cansado como para batallar con las prendas por mí mismo.
-Deberás beber el analgésico cada seis horas por dos días si quieres estar mejor pronto. El agua bendita solo potenció el efecto de la pastilla.
-Bien, lo tendré en mente. Ahora cumple con tu parte del trato.
Lo vi reírse y tomarme del mentón para darme un suave y lento beso.
-Eres impaciente, Duque, no me dejas cuidar bien de ti. Pero seguiré tus órdenes.
Luego de eso volví de forma segura al ducado donde evité a todos. Las armas llegaron a media noche, era una cantidad desmesurada que me puso feliz. Con esto Ilail tendría éxito. Son armas con piedras espirituales las cuales potencian la magia de quien las usa y de Etilio, el metal más resistente del continente, una sola de estas vale lo mismo que dos casas nobles. Me alegra que mi esfuerzo haya valido tanto.
Esa misma madrugada envíe las armas a Ilial junto a una nota.Querido Ilial:
Lamento haberme tardado tanto en responder y cumplir tu solicitud pero finalmente, aquí están las armas que solicitaste. Son de Etilio con piedras espirituales, según el informe que me enviaste de tus tropas, incluso te van a sobrar armas. Espero de todo corazón que te pueda ser de ayuda y que pronto tengamos buenas noticias. Moveré cielo, mar y tierra por ti así que si puedo ayudar no dudes en decirme.
Tu fiel compañero: Ezra Briefadel.
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¡Voy a hacerlos caer!
FantasyEl mismo cliché de transmigrados pero gay. ________________ Jack Miller, un adulto joven que no destacaba en su vida diaria se queda dormido y despierta en medio de un bosque. Descubre que está en una novela que había leído y ahora es Ezra Briefadel...