Cap 81

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 Itsuka después de cumplir con su trabajo alquiló un hotel —que bueno que me hice una identificación falsa— después sacó una libreta —nota, arrestar al tipo que hace las identificaciones falsas—  así se quitó su peluca y lentes de contactos, duchándose para tirarse pesadamente en la cama, pesando en lo ocurrido.

—Ver a Izuku y escuchar un poema de él, es lo que necesitabas para ser feliz Mei, no pedias nada más, solo querías tener a alguien que estuviera contigo, alguien que te recuerde que eres humana y no un monstruo— después ella ríe amargamente —es curioso, Izuku siempre ha odiado la poesía, ahora que lo pienso nunca supe quien es esa persona importante quien le regaló ese libro, aunque tampoco nunca le pregunté—

Ella empezó a mirar al techo, perdiendo su vista en ese lugar —Mei tiene razón, eres tan sencillo y a la vez complicado, no entiendo nada, eres tan bueno y a la vez eres bastante malo, pero las cosas malas tienen más peso, siempre ha sido así—

Izuku la derrotó sin recibir un rasguño, y si la dejó ir supongo que se contuvo con ella, si no fuera por su debilidad por la comida, ya yo estaría muerta ¿Cuál sería esa conducción para dejarla ir? ¿Por qué fue tan comprensivo con una villana que acaba de conocer, pero tan cruel con Hawks? Ellos dos eran como hermano siempre hacían todo juntos—

—Lo estoy haciendo bien, lo estoy logrando, pero… ¿Por qué siento que solo he perdido? El mundo es más complejo de lo que pensé, siempre estuve en una burbuja donde todo siempre ha estado bien, donde los problemas eran triviales, donde todos son felices— ella ríe un poco después pone una expresión algo triste —mejor me calmo, sería malo tener una duda existencial en este momento, quiero dormir, mañana tengo que seguir… tengo que seguir— y poco a poco empezó a cerrar sus parpados, cayendo completamente dormida.

Al siguiente día

—Dormí toda lo noche, y parece que no he dormido nada— dijo mientras se veía al espejo, tiene una mirada cansada y algo apagada, y solo se limitaba a ponerse sus lentes de contactos —amo y odio estos ojos rojos— así se puso su peluca negra—también odio y amo este color de cabello— luego suspiró —odio y amo esta costumbre de hablar sola— empezando a sonreír —y por alguna razón, adoro mis ojeras y esta mirada cansada que tengo— comenzando acariciar su reflejo en el espejo —hay tantas cosas malas en mí en este momento, pero no puede darme el lujo de resolverlas ahora, tengo trabajo que hacer—

En la noche

—Parece que no sabes dónde estoy todo el tiempo bastardo— refiriéndose a Kenji —estoy en otra ciudad y ya me perdiste el rastro—

—No es eso, solo estaba ocupado, mucho sexo, estaba cansado ayer— decía mientras salía de la tierra.

(Ese maldito ¿Cómo lo hace?)

—Qué raro, siempre me recibes con tus palabras cortantes—

—Hoy no estoy de humor—  dijo con sencillez mientras suspiraba.

— ¿Pasó algo en tu pelea con la sexy vampira? —

—Como si te importara eso— dice con una voz cansada.

—Ya te empezaste a romper, que divertido— dice entre risas —pero aún falta más, mucho más—

—Lo que digas— habla y revisa su celular al mismo tiempo, no le está prestando mucho atención al chico —ah, por cierto, ese era de Shoto— dijo para luego volver a ver sus redes sociales.

En un espiralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora