||NUEVE||

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|09|¿Realmente es amor?

Las encantadoras risas de las doncellas eran presente en la habitación de Isabella. Las tres hermanas reían y bailaban con emoción mientras la música se reproducía en el viejo gramófono de la habitación. Eufóricas estaban las tres de las cuatro doncellas más bellas de Colombia, estaban emocionadas por su hermana más de lo que estuvieron en el día que ella se comprometió con el hombre de sus sueños. Era algo de esperarse, subir al poder, era algo de festejar y más en un mundo donde los demás líderes de los pueblos y ciudades vecinas lo gobernaban los hombres. Encanto era el único lugar donde las mujeres gobernaban sin queja alguna.

Mirabel rio en voz baja al escuchar las quejas de Isabella sobre qué tipo de peinado tendría que usar o que zapatos combinarían por su vestido negro con toques coloridos. Quería verse lo mejor posible para el evento. A pesar de que ella se negó a buscar marido; eso no le evitaba verse bien y hermosa a su propio estilo un poco más atrevido a lo alguna vez fue en su juventud. La doncella de lentes terminaba de cepillar su larga cabellera intentando de ignorar los comentarios de sus hermanas sobre sus vestuarios. Al menos lo intento, hasta que Isabella comento un poco juguetón:

–No sé qué llevar; Mirabel tiene suerte que se pondrá lo que combine con Camilo –lo hizo a propósito, sonriendo con burla al ver el rostro rojo de la menor–. Pareciera una pareja casada.

Luisa rio levemente.

–No lo creas hermana –añadió la doncella más fuerte–, Dolores y yo discutíamos que era difícil combinar vestuarios con nuestros esposos. Ellos parecen más una pareja de ancianos.

Mirabel tembló dejando salir un leve gruñido ante sus comentarios, aun dándoles la espalda, bajo lentamente el cepillo hasta dejarlo en el tocador. Las mujeres compartieron miradas divertidas al avergonzar a su dulce hermanita; quien seguía influenciada ante el amarre de su hilo de destino. Tenían que aprovechar ese momento de vulnerabilidad y vergüenza, antes que se deshagan del nudo.

No era ningún secreto los intentos de cortejo que tenía el joven cambia formas por su prima. Realmente la relación entre primos; no era ilegal, pero también no muy bien vista. Solo se habían autorizado dos matrimonios de ese estilo por más de cincuenta años. Así que no había mucho miedo por el par de amantes por expresar sus acciones en frente de la familia. Al fin de cuentas no podían rechazar algo que ellos mismos han autorizado; aparte que era casi inevitable para ellos no sonreírse o juguetear por leves momentos. Si supieran que estaban haciéndolo por influencia de una unión invisible.

–Oh, vamos, Mirabu, no creerás que no nos damos cuenta de tu extraña cercanía con Camilo –canturrio Isabella acercándose a ella. Como amaba molestarla.

La doncella de lentes cubrió su rostro, estaba avergonzada y humillada, la mayor aprovecho para tomarla de sus hombros para girarla hacia ellas.

–Ni siquiera nos hemos besado –susurro, sin despegar sus manos de su rostro.

La cara de Luisa e Isabella era un poema en ese momento. La mayor retrocedió unos pasos hacia atrás, con su boca ligeramente abierta.

–¿Cómo? –expreso tratando de procesar sus palabras.

Ellos tenían que entregarse la noche anterior, ellos tenían que traerles al heredero que todos esperan. Mirabel bajo sus manos, miro al suelo mientras que sus manos se aferraban a la tela de su falda. Luisa estaba igual de confundida, en la cena parecían unos animales apunto de atacarse. Olvidasen sus problemas de aceptar que estaba enamorada de su primo o la aceptación de la familia. Todos sabían que ellos estaban comprometidos o al menos todos menos Camilo y Mirabel.

Isabella se quedó callada por unos momentos analizando el problema; al ser la próxima consejera oficial de ellos tenía que estar al pendiente de los dos; por más que odiara a Camilo, no dejaría que ellos estén enamorados cuando no sabrían si era autentico o por culpa del estúpido hilo. Respiro profundo tratando de relajarse y mantener la calma. Mirabel la miraba extrañada ante su comportamiento.

El pecado de las luciérnagas || CamimiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora