Emma.
Me ilusionaba la idea de tener algo mas que una amistad con ella...
Puede que Julie, tenga razón y el hecho de que me guste mi mejor amiga no esta mal, pero aun así no puedo evitar sentirme confundida, con muchas preguntas que responder.
—Emma, estoy aquí para apoyarte, no tengas miedo de amar o de sentir algo que para algunas personas no es normal, pero dime que cosa en esta vida lo es.
—Mi familia jamás aceptara que también me gusten las chicas, bueno realmente la única que siempre me ha gustado es Izabella.
Me sorprendí de mis palabras jamás lo había admitido ante alguien... Julie pudo notar como me sonrojé al decirlo así tan libremente y me sonrió de una manera comprensiva.
—Lo- lo siento... jamás lo había platicado con alguien, y no tienes idea de lo lindo que se siente aceptarlo. —dije, jugando con mis manos.
—¿Te gusta mucho verdad? —preguntó.
—No tienes idea—dije, sin más.
Es la verdad me gustas tanto... Izabella Amy Williams, me encantas y desearía tener el valor de decírtelo, pero tengo miedo de perderte como amiga.
—¿Por qué no intentas decírselo? —pregunta mi amiga.
—Julie, ni siquiera me termino de aceptar yo, aun tengo miedo y además no quiero perderla como amiga.
—Si bueno tienes razón, pero... —la interrumpí.
—No Julie, no lo intentare porque conozco a Izabella, jamás tendría algo con una chica y mucho menos conmigo. —dije, cabizbaja.
—Bueno, eso realmente no lo sabes, te aseguro que ella también piensa que te conoce bien y no tiene ni la más mínima idea de que te gustan las chicas.
—Yo creo que, si lo sabe, pero prefiere no decirme nada. —dije, recordando el beso inocente que le di a los doce años.
—¿Por qué dices eso? —preguntó, curiosa—. ¿Por qué siento que no me has contado todo?
—Ella fue mi primer beso— dije, sonriendo.
— ¡¿Qué?! —dijo, abriendo los ojos como platos—. ¿Y aún dudas si ella estaría con una chica?
—Si, porque fui yo quien se lo dio y solo éramos unas niñas de doce, además luego de eso jamás lo mencionamos, me alejé de ella un año.
—Te has puesto a pensar que quizás ella creyó que solo estabas jugando, digo solo eran unas niñas, y ya sabes Izabella, doña lenta siempre se tarda en captar cuando alguien está interesado en ella.
—No creo que sea el caso, Julie. —dije, encogiéndome de hombros—. Además que si ella quisiera tener algo con una chica dudo que sea conmigo, hay chicas más hermosas.
—Tú eres hermosa, Emma, no te menosprecies. —dijo, seria—Lo primero será averiguar si ella saldría con una chica.
De pronto la posibilidad de eso invadió mis pensamientos. ¿Izzy, tendría algo con una chica? El solo pensar en las posibles respuestas mi ansiedad aumentaba, porque si la respuesta es sí... imaginarla con alguien mas no me gustaba para nada.
Y la pregunta es que hare yo si la respuesta de ella es afirmativa ¿me atrevería a decirle que me gusta?
Ese era el problema, no me sentía lo suficientemente segura, para decirle...
Luego de platicar con Julie, he de admitir que me sentía un poco mas ligera, como si una carga invisible se hubiese desvanecido, me despedí de ella y de su madre después de un buen rato en el que intentaron distraerme un poco de todo mi drama.
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Amor en Vancouver
Teen FictionAtreverse a amar a alguien es un acto honorable, pero atreverse a amarse a sí mismo es un acto que requiere de valentía; Emma Miller se dará cuenta de lo que conlleva ser capaz de ser dueña de su vida, sus ideales, su cuerpo y sus pensamientos ante...