Capítulo 52: La sonrisa más bonita.

1.6K 109 17
                                    

Estoy experimentando esos pensamientos de nuevo, me encuentro ansiosa y es que hace unas horas una foto junto a Emma, circula por todos los medios digitales e impresos, no estoy segura de porque me vuelvo a sentir con miedo, creo que probablemente...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy experimentando esos pensamientos de nuevo, me encuentro ansiosa y es que hace unas horas una foto junto a Emma, circula por todos los medios digitales e impresos, no estoy segura de porque me vuelvo a sentir con miedo, creo que probablemente es porque estoy esperando la reacción de Emma. Digamos que no estoy esperando lo mejor, pues sé que puede llegar a sentirse totalmente abrumada, ese artículo la señala como el tipo de persona egoísta capaz , tengo miedo de que de alguna manera se arrepienta de esto. Lucia, entró a la sala de espera gritando y reclamando por lo que leyó en ese sitio en redes sociales, la entiendo está molesta y es que de alguna manera se siente traicionada, mi madre aún está analizando la situación, me pidió una explicación razonable y he intentado dársela.

—Así que ahora estas con esa niña Miller, dices que se reencontraron ¿Por qué ella de la nada se convirtió en tu empleada? Y que incluso ya hablaste con Anna de esto y que ella te impulsó a darte una oportunidad con esta chica Miller. —comenta, recapitulando todo lo que anteriormente le conté, haciendo sus típicos gestos—. ¿No te has puesto a pensar que eso no fue casualidad? Y que probablemente este buscando algún beneficio de ti.

—No digas ese tipo de cosas, ella definitivamente no es ese tipo de persona. Sé que fue tan precipitado tomar la decisión de volver a intentarlo, pero Mamá, no tienes idea de lo mucho que la amo. —respondo, un poco a la defensiva—. Ella volvió a mi vida para quedarse, no es una trampa, no es ninguna cosa de ese tipo. Te pido desde el fondo de mi corazón que respetes esos sentimientos.

—Eres una adulta, por supuesto que respeto tus sentimientos. —dice, sin dejar de observar mis reacciones—. Pero también es mi deber, aconsejarte y llamarte la atención cuando considero que algo puede llegar a lastimarte o dejarte en un estado tan desastroso como el de hace unos años, solo digo que las personas con el tiempo pueden volverse buenas o, todo lo contrario, recuerda que para su familia no eres la persona adecuada.

—No voy a dejar que ese tipo de situaciones vuelvan a alejarme de ella, las dos ya sufrimos lo suficiente al separarnos creo que es momento de no dejarnos llevar por esos malditos miedos. —digo, mientras intento buscar un vuelo para ir a New york, sentí a mi madre tomar mis manos.

—Detente, no estarás pensando en irte justo ahora. —me recrimina, haciendo que la vea directamente a los ojos—. No puedes ir con ella, solo porque crees que esto hará que de nuevo se aleje de ti, si en verdad estas tan segura que ella volvió a tu vida para quedarse ¿Por qué tienes tanto miedo? ¿Por qué te preocupa tanto su reacción ante esta situación? No puedes dejar a tu padre ahora, no puedes irte justo ahora.

Ella por desgracia tiene razón ¿Por qué me preocupo tanto? Puede ser ¿Qué yo no confío en los sentimientos de Emma? No, no es eso, solo tengo miedo de que esto le afecte personalmente a ella. Debo aclararle esto a mi madre de una vez.

—Solo necesito decirle que no se preocupe, no tengo miedo de que sus sentimientos cambien, sé que eso no va a pasar, pero ella no está acostumbrada a toda la atención que los medios le han puesto en este momento. —explico, intentando no quebrarme—. La están denigrando en esa estúpida revista, no puedo permitir que ella en un momento de inseguridad, considere que algunas de esas palabras la definen, porque definitivamente ese articulo no define para nada lo que en verdad es mi Emma Miller. —digo, despeinando mi cabello por inercia—. Pero tienes razón por mas que desee estar ahora con ella para que no pase esto sola, debo estar aquí con ustedes y para mi padre.

Amor en VancouverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora