Izabella.
Entiendo los miedos de Emma, porque jamás será fácil darte cuenta de que todo lo que tus padres y la sociedad te han enseñado, no es cien por ciento cierto. Que las niñas solo deben fijarse en otro niño o lo contrario, cosas como que ser diferente está muy mal, que las niñas no deben decir groserías y muchas cosas predeterminadas que la gente cree que debemos seguir.
¿Cómo descubrí que me gustan las chicas?
Creo que todos tenemos una historia loca de como lo descubrimos y bueno la mía no es la excepción... lo recuerdo perfeto, Emma fue mi primer gay panic. Siempre hemos sido mejores amigas eso ya se sabe, pero ¿Cómo nos hicimos mejores amigas?
Septiembre del 2006, Vancouver.
—Izabella, despierta es tu primer día en esa escuela. —dijo mi madre, mientras quitaba las sabanas que se encontraban abrigándome—No querrás quedar mal en tu primer día.
—Cinco minutos más, por favor. —suplique.
—Nada de eso señorita, hoy inicias el tercer grado y tienes que ser disciplinada. —dijo, mientras me empujaba para salir de la cama.
—Bueno, pero solo si prometes que este fin de semana si estarán conmigo. —dije, muy ilusionada.
—Si, si lo prometo. —dijo de una manera nada convincente—Apresúrate, se nos hace tarde.
—Está bien mami.
Me sentía extrañamente nerviosa, realmente yo estaba inscrita en una escuela solo para niñas y ahora me tocará ir a una mixta por lo que creo que se sentirá el cambio.
En realidad, mis padres me cambiaron solo porque dos adolescentes de trece se besaron en los baños de la escuela y dijeron cosas como que en ese lugar podía pegárseme algo malo.
No me agradaba la idea de ser nueva porque me costaba mucho hacer amigas y bueno lo que menos quiero es ser la rara sin amigas. Mi madre regresó a supervisar que yo estuviera preparándome para poder irnos.
—Izzy, apúrate. —insistió—Hasta en eso te pareces a tu padre, ambos siempre llegando tarde—bromeó, mientras despeinaba mi cabello.
—Espera, ya casi estoy lista.
Y así fue en menos de dos minutos ya me encontraba en el auto, mi madre preparo mi almuerzo, también puso algunas golosinas por si hacía alguna amiga nueva poder compartirle... miré por el ventanal del auto y era un extraño día lluvioso, solo que no tan desastroso como a veces es... solo eran algunas gotas, pero amaba los días así, me encantaba el olor a tierra mojada, el chocolate caliente mientras veo mis caricaturas favoritas y usar mi capa contra la lluvia color amarillo, sin duda los días lluviosos tenían algo mágico.
Después de unos veinte minutos nos encontrábamos en la entrada de la escuela y entonces la lluvia se intensifico. Mi madre muy preocupada me pasó un paraguas, ella sacó el suyo y entonces me llevó a la entrada, ambas corrimos como si nuestras vidas dependieran de ello.
Ella se despidió de mí, con un beso en la mejilla. La felicidad que sentía al tener a mi madre era inexplicable... pues casi siempre estoy con mi niñera y enserio la extrañaba.
—Adiós, mi pequeña Izzy, que tengas un lindo primer día. —dijo, finalmente mientras regresaba al auto.
Un curioso inicio de clases, día lluvioso y también como la niña nueva. Aun así, tenía demasiado optimismo por este día.
Me recibió la que supongo es mi nueva maestra, algunas de las primeras cosas que vi fue el inmenso pasillo hacia los salones de clase, el ambiente era diferente al de mi antigua escuela... diferente, pero agradable y eso me gustaba.
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Amor en Vancouver
Novela JuvenilAtreverse a amar a alguien es un acto honorable, pero atreverse a amarse a sí mismo es un acto que requiere de valentía; Emma Miller se dará cuenta de lo que conlleva ser capaz de ser dueña de su vida, sus ideales, su cuerpo y sus pensamientos ante...