Capítulo 46: Tú deberías estar conmigo.

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Emma

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Emma.

Se llegó el día, voy a volver al lugar donde crecí, me enamoré, pero también sufrí y viví algunas de las cosas más traumáticas de mi vida, no se realmente si estoy preparada para ello, pero de todas maneras sé que no estoy sola, tengo a estas personas dando todo por hacer de esto una experiencia memorable, me gustaría que también ella esté en el plan... no es lo mismo estar en Vancouver sin la persona de la que me enamoré perdidamente.

Dejamos todo en orden en la empresa, me di cuenta de que Anna, salió de viaje y todo me dice que fue a encontrarse con ella.

¿Me molesta? Claro que sí, me molesta y mucho, no puedo ni pensar en ella dos juntas porque se me revuelve el estómago.

Pero ella es su futura esposa ¿Cómo podría competir contra eso? No es como si de la nada todo fuese como cuando teníamos diecisiete.

Intentaré de no pensar tanto en eso porque este viaje también será para aclarar algunas ideas sobre ese tema, dejamos todo en orden en la oficina, también hablé con mi terapeuta y le comenté sobre este viaje, ella dijo que era una buena idea porque una forma de dejar algo atrás es cerrando ciclos que probablemente quedaron inconclusos.

Ahora mismo estamos en el aeropuerto, esperando que nos llamen para abordar y por alguna razón estoy nerviosa, recuerdo cuando creí que jamás volvería y aquí estoy a punto de subirme a un avión que me llevará a ese destino al que tanto le temí por años.

Mis amigos estaban en su mundo, Julie y Alex últimamente hablan mucho, hasta llego a creer que quizás mi mejor amigo nunca olvidó a nuestra psicóloga grupal, él aún tiene ese brillo en sus ojos cuando la ve.

—¡Emma!

Un repentino grito me hizo salir de mis pensamientos, esa voz es la de Max ¿Qué hace él aquí? Es decir, desde esa incomoda noche no hemos hablado del tema lo que hace esto aún más extraño, me siento una horrible persona porque sé que él está enamorado de mí, quizás no estamos totalmente conectados como antes, pero puedo sentir el cariño con el que me trata y ahora me siento como la mala de la historia por encontrar estos sentimientos por Izabella, mientras aún estoy con él.

—Max ¿Qué haces aquí? —logro preguntar, aún confundida.

—¿Qué hago aquí? Emma, no quiero que te vayas de viaje cuando nosotros estamos tan distanciados, siento que estás intentando de evadir el tema y simplemente alejarte. —cuestiona, mientras puedo notarle demacrado, quizás no ha dormido bien—. Tenemos que hablar, por favor no te vayas sin escucharme.

Ahora mismo mis amigos estaban observando la escena lo que me hizo sentirme totalmente avergonzada, decidí ir a hablar con él en privado y honestamente mi cabeza es un completo desastre ahora mismo.

—No te busqué porque realmente pensé que estarías molesto por no haber hecho el amor contigo, es decir, tanto que pedí que dejaras atrás esos preceptos religiosos que tenías para por fin sentirme completamente tuya y cuando finalmente pasó yo solo te rechacé. —digo, sintiéndome culpable.

Amor en VancouverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora