Emma.Creo que nunca en mi vida... me había sentido así, aún estoy intentando procesar todo lo que paso ayer. Me doy un leve pellizco para confirmar que esto enserio está pasando, pero no es necesario porque la tengo justo a mi lado mostrándome su espalda desnuda y no puedo evitar morderme los labios al contemplar el tatuaje ubicado en esta parte de su cuerpo.
Ella sigue dormida y con mucha razón aún son las seis de la mañana. Es curioso porque tiempo atrás jamás me tomaría el atrevimiento de verla como ahora la veo, es decir, si la observaba mucho, pero nunca me permití tener los sentimientos que ahora deseo expresar de todas las maneras.
Y entonces los recuerdos de la noche llegaron a mí.
Flashback.
—Quiero sentirte, quiero que hagamos el amor. —dije, mientras volvía a besarla dejando sus labios muy rojos.
—Créeme lo quiero tanto como tú. —respondió, mientras sus manos se dirigían a mis muslos.
Izabella, es quizás uno de los sueños más románticos y eróticos que alguien desea tener... al menos para mí, se sentía así. Verla sin nada en la parte superior de su cuerpo y encima de mí, es algo que no sabía que necesitaba. Ella se dirigió a mi cuello, besándolo y mordiéndolo con mucha habilidad, solo con verla puedo sentir como todo dentro de mí, se incendia.
—¿Estas se... segura? —preguntó, mirándome fijamente a los ojos. Esos condenados y encantadores ojos azules.
Ella sabe que es mi primera vez con alguien y puedo notar como intenta no hacer nada mal o lastimarme, me da tanta ternura.
—Contigo, siempre estaré segura, mi amor. —respondí, acariciando su barbilla.
Ella solo sonrió y no dijo nada más. Sentí un beso húmedo en mi frente y luego en mis labios... se quedó ahí besándome, sus manos seguían en mis muslos.
Poco a poco sentí como acariciaba esa parte hasta llegar cerca de mi intimidad, solté un suspiro que ella notó y entonces estando ahí prácticamente a su merced, ella me hizo suya. Su tacto fue suave, pero demasiado hábil... me besó con amor y yo solo pude sentir un millón de sensaciones difíciles de explicar.
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Amor en Vancouver
Ficção AdolescenteAtreverse a amar a alguien es un acto honorable, pero atreverse a amarse a sí mismo es un acto que requiere de valentía; Emma Miller se dará cuenta de lo que conlleva ser capaz de ser dueña de su vida, sus ideales, su cuerpo y sus pensamientos ante...