El tráfico de la mañana siempre es tan estresante, no puedo evitar pensar que esto no pasaría, si yo no hubiera decidido mudarme a una de las ciudades más transitadas de Estados Unidos y bien solo queda respirar profundo, resignarme a que probablemente llegaré tarde el día de hoy a mi primer día de trabajo oficial. La entrevista de ayer fue un éxito, aunque igual no pude ver a la CEO de la editorial, espero que hoy si pueda encontrarme con ella.
Después de aproximadamente media hora en el horrible tráfico llegué a la empresa, quince minutos tarde mucho más pronto de lo que pensé.
Al llegar me encontré con la chica que me hizo la entrevista y como el día de ayer ella fue amable, me guio a mi escritorio donde sería mi área de trabajo y tengo que admitir que todo se observaba muy sofisticado, quien sea la directora ejecutiva de esta empresa en verdad invirtió mucho en el lugar porque es realmente hermoso.
Me explicaron mis funciones y prácticamente me colocaron en la parte de revisión y edición, claro todo esto también pasara a manos de la misma dueña de este imperio.
Lo primero que hice fue servirme un café y es increíble, pero hasta ese pequeño detalle me hizo sentir toda una editora, luego vi por el ventanal y el cielo estaba realmente hermoso, una mañana llena de colores que eran capaz de transmitirte toda la paz que necesitas para seguir el día.
Sin tardar más me puse a trabajar en mi ordenador, revisé algunas propuestas de los de mercadotecnia, muchas con buenas ideas... pasé así por una hora, recibiendo también algunos trabajos extras, hasta que escuché murmurar a una chica en otro escritorio que la directora ejecutiva estaba por entrar. Me emocioné como una fan porque, realmente ni siquiera tenia conocimiento de quien se trataba ya que he escuchado que es una persona reservada con los medios.
—La directora tiene un carácter terrible, yo que tú ni siquiera me emocionaría. —escuché decir, a una chica castaña al otro lado del escritorio.
—No le digas eso Natalia, no vez que ella es nueva y ya quieres espantarla por tu mal historial con la CEO. —dice un chico rubio.
—Bueno, en ese caso prefiero conocerla yo y luego tendré mi opinión sobre ella. —digo, encogiéndome de hombros.
—Escuchaste eso, ay, pero cuanta ternura me da. —agrega, la pelinegra sarcásticamente.
—Ya basta, tranquila Emma, no la escuches. —dice, el chico con una sonrisa—. Bueno, preparadas que viene en el elevador.
Tengo que admitir que comencé a sentirme nerviosa por todo lo que esa chica dijo, tanto que hasta me la imaginé como una bruja, tratando de explotarnos hasta la ultima gota, pero algo en mí, confiaba en que no era así.
Escuchamos sonar el curioso timbre del elevador y puedo jurar que incluso las manos me sudaban, miles de ideas pasaban por mi mente, al principio cuando imaginaba quien era la CEO, pensaba en alguien mucho más mayor, pero al ver quien salió de ese elevador casi me desmayo y enserio no estoy jugando... ese cabello... esos pómulos bien marcados y esos ojos que aunque no se veían por medio de esas gafas negras, todo en mi sabía perfectamente como se miraban a través de estos, era ella y esta vez no estoy alucinando enserio es ella, Izabella Amy Williams... mas perfecta que la ultima vez que la vi.
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Amor en Vancouver
Teen FictionAtreverse a amar a alguien es un acto honorable, pero atreverse a amarse a sí mismo es un acto que requiere de valentía; Emma Miller se dará cuenta de lo que conlleva ser capaz de ser dueña de su vida, sus ideales, su cuerpo y sus pensamientos ante...