Capítulo 13

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Año 1993

Lugar desconocido

Una luz iluminaba la oscuridad en la que vivía Natalia, pero esta vez era una luz diferente.

 Apenas la dejaba abrir los ojos y sin embargo, era capaz de reconocer quien estaba a su lado solo por el olor...

ㄧ¿Mamá? ¿Eres... eres tú?

ㄧCariño... Tranquila.

La pequeña oyó una voz muy dulce, casi angelical para sus odios, y por un solo segundo, creía estar en el cielo. 

Al cabo de un rato, consiguió que sus ojos se adaptaran a tanta luz y cuando los abrió, no podía creerse lo que estaba viendo. 

Estaba en un bosque precioso, rodeada de flores de miles de colores y por primera vez en su corta vida, puede sentir como la hierba se cuela por sus pequeños dedos de los pies descalzos, puede oír el ruido de los pájaros, de las abejas... 

Pero lo que más le llama la atención, es una mujer de piel blanca, con el pelo castaño y unos ojos cansados.

¿Era su madre? Ha pasado mucho tiempo desde que no la veía... 

Y cada vez le costaba más y más recordar como era su cara, su olor, sus gestos... 

Pero cuando la mujer que tiene enfrente, se agacha y le sonríe, ella parece recordar muchas cosas.

Su amor, por ejemplo.

ㄧMi niña...

Natalia no puede aguantar más y se cuelga de su cuello llorando, abrazando a su madre.

ㄧ¿Por qué te has ido? Mamá... Te echo de menos...

ㄧYo no quería... Me obligaron a irme, ¿lo entiendes, cariño?

ㄧ¡No! No te entiendo, no entiendo a papá, ¡no entiendo nada! ¿Quién te obligó? ¡¿Por qué me dejaste sola?!

Su madre se separó de ella, lo suficiente como para poder mirarla a los ojos.

ㄧEso ya lo sabes, mi vida...

ㄧNo... Yo solo sé que papá dijo que entraron en casa... Que... Que te llevaron lejos...

ㄧEstuviste delante cuando pasó.

Aquello casi hace que la niña se cayera sobre la hierba. 

¿Cómo había podido olvidar ese momento? Durante un instante, sintió un dolor enorme en la cabeza y en el corazón. 

¿Había olvidado quién le había arrebatado a su madre años atrás? Pero en realidad, ¿Cómo podría acordarse? Ella solo tenía un año cuando pasó.

ㄧEras muy pequeña, es normal que las cosas se te olviden... Pero tienes que esforzarte. Eres muy lista, sé que eres capaz de encontrar los recuerdos, solo tienes que buscarlos.

Empezó a ponerse nerviosa, ¿Cómo podía su madre pedirle que recordara algo así? Solo tenía cinco años, era un peso demasiado grande para una niña.

Pero a pesar de eso, lo intentó. 

Cerró sus ojos con todas sus fuerzas, sintiendo la mano de su madre en sus muñecas. 

Aspiró todo el aire que pudo, pero no olvidar que estaba a su lado... 

Lo intentó con todas sus fuerzas, y cuando creyó que no podría, cuando creyó que estaba perdiendo el tiempo, un ruido la hizo abrir los ojos de repente.

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