Capítulo 6

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Año 2020

ㄧ¡Gracias por la cena!

ㄧ¡De nada, guapura! Ya sabes que puedes venir cuando quieras. ㄧgritó Joaquín, el marido de Raquel.

Salí de su casa cerca de las once de la noche y anduve un rato por la ciudad, hasta llegar al mar. 

Siempre me había relajado mucho el ruido de las olas al romperse y esa calma que parece que se respira solo cuando estás cerca del océano. 

Seguí andando hasta llegar a mi piso y cuando entré, mi gato vino a saludarme.

Me di una ducha y en cuanto me tumbé en la cama, sentí como me pesaban los párpados. Intenté resistirme a dormirme, porque odiaba lo que pasaba cuando cerraba los ojos, pero estaba demasiado cansada como para resistirme...

Me vi a mí misma, en mis sueños, aunque realmente eran pesadillas. Corría descalza por un bosque lleno de nieve, haciendo grandes esfuerzos por no girarme y ver porque corría. 

No tenía tiempo. Era capaz de sentir como el viento se me colaba dentro de mis huesos y como me clavaba en los pies piedras que estaban ocultas en la nieve.

No sabía porque corría, pero sentía dentro de mí un miedo que nunca, en toda mi vida había sentido. 

Creía que si paraba, moriría.

Giré mi cabeza mientras corría una milésima de segundo, el tiempo suficiente como para no ver lo que tenía delante y caer al suelo de rodillas. 

Cuando levanté la vista, con la respiración entrecortada por el esfuerzo, me quedé helada. 

Delante tenía a una niña pequeña, completamente desnuda, que tenía la misma mirada de pavor en los ojos.

No sabía que hacer o que decir, pero de pronto, la niña que tenía enfrente, se levantó y me sonrió.

ㄧTienes que salvarlos.

ㄧ¿Salvarlos? ¿A quiénes?

ㄧEso tú ya lo sabes. ㄧal volver a oírla me levanté también. ㄧPero antes tienes que salvarte a ti misma.

ㄧ¿De qué estás hablando?

La pequeña, señaló algo detrás de mí y cuando me giré, solo llegué a oír unos pasos acelerados. Cuando me giré para preguntarle quién era, allí no había nadie y esa sensación de peligro volvió a apoderarse de mi.

Un ruido hizo que volviera a estar alerta y sin saber porque, eché a correr de nuevo. 

Volví a clavarme piedras en los pies pero no por eso dejé de correr, pero entonces, algo se abalanzó sobre mí hasta dejarme caer en un vacío...

Me desperté sudando, como cada noche, con mi gato al lado esperando a que me despertara de la pesadilla. 

Y cuando miré el reloj, me levanté corriendo y me tropecé con ropa que había dejado tirada en el suelo la noche anterior.

Eran las diez y media de la mañana, y llegaba por primera vez tarde al trabajo.

Cuando entré en la comisaría nadie pareció darse cuenta de mi retraso, así que me tomé la libertad de ir a por un café. 

Al entrar en mi despacho, abrí uno de los cajones de mi mesa y me tomé dos pastillas como todos los días.

Así conseguía relajar mi cuerpo y despejar mi mente para estar al cien por cien, sin dolores.

ㄧ¡¿Dónde demonios estabas?! ㄧgritó Oscar al entrar.

ㄧVaya, al final si que os habéis dado cuenta de que he llegado tarde... ¿Qué pasa?

ㄧ¿Tú no tienes móvil o qué?

ㄧ¿No crees que es una maniobra poco efectiva para que una chica te de su número? ㄧvi como Oscar arrugaba su frente y suspiraba. ㄧVale, es muy pronto para hacer bromas, lo pillo. ¿Qué pasa?

ㄧQue Samuel lleva cerca de una hora llamándote.

ㄧ¿Y eso?

ㄧHan encontrado algo raro en el cuerpo.

ㄧ¿El qué?

ㄧ¿Por qué no bajas y lo ves tú misma?

Bajamos las escaleras hasta ver a Raquel hablando con Samuel.

ㄧA ver, ¿Qué es eso tan raro?

ㄧ¿Y tú dónde estabas? ㄧpreguntó Samuel.

Como Raquel vio que ignoré la pregunta, me pasó una bolsa transparente.

ㄧEsta mañana he encontrado eso dentro del cuerpo de la víctima. Se me debió pasar ayer.

ㄧ¿Qué es?

ㄧUna nota. La tenía dentro de la boca. El asesino tuvo que ponerlo ahí una vez que lo estranguló.

Miré en el interior de la bolsa y vi un pequeño papel de color amarillo, donde había escrito algo con un bolígrafo negro.

ㄧ¿Qué pone? No logro verlo bien.

ㄧPues... Pone, literalmente: "Estoy cerca".

ㄧ¿Estoy cerca? ¿Por qué le pondría esa tontería ahí al asesino? ㄧpreguntó Oscar.

Entre los cuatro hubo un silencio monumental. Pero entonces, se me ocurrió una idea.

ㄧPuede que no sea una tontería... Quizás lo puso ahí para nosotros. Es un mensaje.

ㄧ¿Por qué ponerse en peligro de esa forma?

ㄧ¿Ponerse en peligro? Por favor, ese tío ha sido capaz de matar a alguien y no dejar ni una sola pista, ni una huella, nada, cero. Me juego lo que quieras a que esta nota también está limpia.

ㄧ¿Y qué significa que está cerca?

ㄧPues que esta cerca, Raquel. Que nos vigila, ¿no? ㄧpreguntó Oscar.

ㄧSi.

ㄧQuiere que sepamos que está observándonos. Intenta jugar con nosotros, se cree muy listo.

ㄧY lo es, Samuel. Y algo me dice que esta no será la última nota que nos deje.

ㄧ¿Insinuas que volverá a hacerlo?

ㄧNo insinuó nada, Raquel. Digo lo que hay, que antes de que pasen más de veinticuatro horas, volverá a dejar una nota.

ㄧEntonces habrá que detenerlo.

Oscar lo dijo convencido al cien por cien, sin duda eso era las ganas que tenía de ganar su primera partida, de encerrar a alguien y sentir esa adrenalina que siente uno cuando sabe que ha hecho algo bien.

ㄧPero no es tan fácil, chicos... ㄧRaquel rodeó una de las mesas y se acercó a nosotros. ㄧNo ha dejado huellas, no hay rastro de semen en el cuerpo, no hay testigos... Incluso las pocas cámaras que habéis conseguido de alrededor del parque, no muestran nada sospechoso.

ㄧLo sé, pero aún así no podemos rendirnos... Samuel, quiero que llames a Mario, quiero saberlo todo de su vida.

ㄧ¿Por qué investigas al muerto?

ㄧOscar, un respeto. La víctima tiene familia, amigos... Era una persona humana.

ㄧLo siento.

ㄧQuiero investigarlo porque algo me dice que no escoge a sus víctimas al azar, no me preguntéis por que.

Samuel y Oscar subieron escaleras arriba. Me quedé un rato con Raquel, pero al final subí y volví a encerrarme en esas cuatro paredes.

ㄧEstoy cerca... ㄧrepetí.

Fuera quien fuera, le estaría esperando. 

Al fin y al cabo, todos acabamos cometiendo un error.

Y ese error sería el que nos llevaría directos hacía el asesino. 

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