Capítulo 44

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Año 2020

– ¿Sabemos algo de Samuel? ¿O de Núria?

– No... no hay noticias. Y no han llamado para pedir ningún tipo de rescate.

– ¿Y no se puede salvar nada de la cámara que encontramos en su casa?

– Están en ello, Oscar.

– ¡Pues que se den prisa, joder! Han desaparecido. Estaba en su casa... podría haberme matado; habernos matado a los dos, ¿por qué no lo hizo? ¿Por qué se la ha llevado?

– No lo sé – contestó Raquel, mientras empezaba a llorar. – No entiendo que está pasado.

– A ver... Sabemos que ha sido Rubén, que lleva años desaparecido y ahora de la nada... Vuelve. Sabemos que estuvo un tiempo matando a diestro y siniestro, que su compañero Oliver desapareció y luego lo hizo él, ¿no?

– Sí, que paró de repente de matar y ahora ha vuelto a hacerlo.

– Exacto, algo ha debido de encenderle, de motivarle para volver a empezar.

– Bueno... ¿Pero y si nunca ha dejado de hacerlo?

– ¿A qué te refieres?

– A ver... Al fin y al cabo se le considera un asesino en serie. Y no suelen parar así como así; suelen seguir hasta que al final se les coge. ¿Y si ocurrió algo que le obligó a desaparecer?

La pregunta de Raquel, tan concisa, hizo que Oscar fuera retrocediendo en todos los recuerdos que tenía de caso, en cada detalle.

– ¿Oliver? De un día para otro desaparece del mapa. ¿Y si también lo asesinó?

– Pero Rubén siempre expone los cuerpos.

– ¿Y si fue por qué no tuvo elección? Puede que Oliver lo descubriera y no le quedará más remedio que matarle y desaparecer. Y según tu teoría, nunca deja de matar.

– Sí, pero tendría que haberlo hecho de forma muy sutil para que nadie se diera cuenta o para que no le cogieran, ¿no?

Oscar corrió hasta el despacho de Núria y arrancó un poster de la ciudad y los alrededores: con todos los pueblos, parques y bosques. 

Poco a poco, Raquel y Oscar fueron marcando los lugares donde aparecieron los primeros cuerpos. Llamaron a los pueblos y buscaron información sobre casos con los mismos patrones.

Sin darse cuenta, fueron haciendo un pequeño círculo, fueron cerrando la ubicación hasta dejar solo un par de kilómetros donde pudiera haberse escondido tras irse de la ciudad. 

En total habían tres pueblos y dos grandes bosques cercanos, pequeños y escondidos de la ciudad, pero no tanto como para poder ir y venir continuamente.

– Llama al jefe de policía y explícale nuestra teoría, y enséñale esto. Que busquen a Núria. Y a Samuel, que sigue desaparecido. Y por Dios, que alguien vaya a hablar con María.

Oscar casi voló sobre las escaleras para ir con toda la información hacía arriba, era un teoría hecha sobre todo de especulaciones, porque no sabían realmente si aquello era cierto.

Pero decidieron confiar en que lo era, en que el animal que era Rubén no había podido controlarse, y sin darse cuenta, había ido dejado un rastro de migas de pan; que ahora Raquel y Oscar estaban rastreando.

Solo esperaba que funcionara.

Y que para cuando encontraran a Núria, no fuera demasiadotarde.

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