Puestos a hablar de sonrisas

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Y puestos a hablar de sonrisas,

no podemos olvidarnos de la suya,

tampoco de su forma de hacer

que hasta el mayor de los problemas,

se convierta en nada.

Puestos a hablar de su sonrisa,

hablemos de sus abrazos inesperados,

de sus besos con mordida,

de sus manos inquietas.

Todas aquellas horas

que se convirtieron en nada.

Todos aquellos momentos inolvidables,

que pasaron al recuerdo.

Su forma de mirar,

la lujuria de sus palabras.

Puestos a hablar de palabras,

hablemos de los "te quiero" no dichos,

de todo lo callado,

por no hacer daño.

Que su cuerpo debería pertenecer

a las maravillas de este mundo.

Que su sonrisa, tío, su puta sonrisa,

me vuelve loca,

como cada gesto,

cada mirada,

cada caricia,

y cada polvo.

Puestos a hablar de felicidad,

hablemos de cada momento a su lado;

y puestos a hablar de sonrisas,

no podemos olvidarnos de la suya.

Poesía y pipasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora