Y qué cojones me vais a decir a mi de amor si no habéis ido corriendo hasta su portal, y nada más que os ha visto os ha cogido en brazos.
Qué me vais a contar de que, ey, mírale como camina, si no lo habéis visto ir a esperaros antes de que salga el sol.
Y ahora, ¿quién tiene huevos a decirle que no a algo? cuando tengo más deudas y más sonrisas pendientes con él, de las que nadie tendrá jamás con su luna.
Que las tardes de invierno donde su cuerpo era lo único que me hacía entrar en calor, las noches en vela pensando en lo que no dije y ahora es demasiado tarde para decir, los martes y trece de lluvia a su lado, los momentos que no se olvidan guardados en el cajón de sueños cumplidos, son algo con lo que ya cuento, y de lo que no podré (ni querré) librarme jamás.
Qué me vais a contar de su cuerpo, si nunca lo habéis podido admirar totalmente desnudo, y joder, debería pertenecer a las maravillas de este mundo.
Qué me vais a decir de su sonrisa de niño chico, si no la habéis tenido a milímetros, no habéis podido morderla, y no habéis sido capaces de producirla.
Y qué cojones me vais a decir a mí de amor, si su nombre está marcado en mi alma como el mejor de los tatuajes de mi cuerpo.
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Poesía y pipas
PoetryBienvenidos a lo más profundo de la jaula de grillos que es mi mente. Pasen y vean, soy un todo un desastre.