Hay cicatrices
que duelen más que la herida,
y tú,
nunca dejas de doler,
porque no te curas,
pero siempre intentas curarme,
porque no te vas,
pero tampoco te quedas.
Y las noches se hacen más frías,
los días más largos,
las tormentas más estruendosas
y la vida más dura
desde que no siento tus labios en mi vientre
a forma de despertador.
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Poesía y pipas
PoesíaBienvenidos a lo más profundo de la jaula de grillos que es mi mente. Pasen y vean, soy un todo un desastre.