Llamémoslo insomnio,
o quizás seas tú.
Dices que hay momentos que no se olvidan, y joder, de esos tenemos demasiados.
El miedo a que esto salga mal se apodera de mí, y de ti. Y es que me acojono al pensar que esto se puede acabar, que de un segundo a otro puedo perderte... Pero ahora, estoy más perdida que en toda mi vida, eres la alegría de las tardes de pipas y revolcones, mis mejores noches (a tu lado), las siestas sin dormir acariciando tu espalda y riéndonos del mundo entero. Las sonrisas son de quien las provoca, la piel pertenece a quien la eriza, y no hay un músculo de mi cuerpo que no se contraiga al verte sonreír, no hay un milímetro de mi piel que no se estremezca al ver cómo te acercas. Y quizás mis costillas sean tu piano favorito, y la cantidad de besos que te doy (y te daría una y mil veces en la misma noche) tu mayor adicción. Jodida dopamina que desprendo al verte, eres el mayor de mis vicios, enredándolos todos juntos entre las sábanas de tu cama, el mayor de mis placeres, concentrados en tu boca, la sonrisa de un niño pequeño cuando le das su plato favorito, el cigarrillo dorado de los viernes, la borrachera de ti de los sábados, el estudio de tu cuerpo de los martes y los jueves, y cada mañana juntos.
"¡Qué le jodan al mundo, tú eres mía!", dijiste tantas veces. Y sí, soy más tuya que mía.
Llamémoslo insomnio,
o quizás seas tú.
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Poesía y pipas
PoetryBienvenidos a lo más profundo de la jaula de grillos que es mi mente. Pasen y vean, soy un todo un desastre.
