GRITAR II.

38 2 0
                                    

La noche está más fría que de costumbre, y el vacío lo llena todo por completo. Es como cuando al principio te buscaba por toda la casa y tú ya no estabas, y no quería darme cuenta de que todo aquello era cierto. Recuerdo cuando todas las mañanas te iba a despertar, y aunque no recordases mi nombre me decías lo guapa que estaba y lo mucho que me querías, o cuando me veías llorar y venías corriendo a abrazarme y me mecías en tu regazo diciéndome que todo iba a ir bien. Y ya nada está bien, ya nada es lo mismo. Por aquí sólo llueve, parece que dentro de mí hay una tormenta continua, y no hay nadie a mi alrededor que sepa calmarme como tú lo hacías. Cada error pesa más, cada caída, cada fallo, cada derrota, todo duele más desde que te has ido. Ya no me quedan lágrimas, ni ganas de gritar, ya no me queda nada. Sigo guardando tu último abrazo en mi memoria, y joder, qué bien me vendría ahora uno de esos abrazos tan tuyos. Te echo de menos, igual que siempre, pero hoy más que nunca. Espero que sepas perdonarme por todas las veces que te he fallado y que me he fallado a mí misma. Espero que sepas ver que sólo quiero que estés donde estés, te sientas orgullosa de mí. Y como siempre te decía (aunque tú nunca me entendías, pero te encantaba que te lo dijera), you'll always be my hero, granny. Volveré a gritarle al cielo que te echo de menos, que te quiero más que a nada. Ojalá me escuches. Ojalá algún día volvamos a encontrarnos.

Poesía y pipasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora