Muchas veces, cuando decimos "te quiero", lo que en realidad estamos gritando es "ayúdame".
Hoy me he levantado y el café estaba más amargo que de costumbre, tus sonrisa no estaba a mi lado, la octava maravilla que demuestra ser tu cuerpo no buscaba al mío, el día estaba gris, ¿sabes?, y eso no ayuda. Creo que ya te lo dije muchas veces, pero te necesito, llámame repetitiva si te apetece, llegados a este punto me da igual. Tengo por seguro que todavía recuerdas los "a las 6 en mi portal, llega pronto que te echo de menos", las tardes en las que lo único que sobraba entre tú y yo eran milímetros y ropa, los cigarros compartidos, las risas, los celos, los enfados tontos que se arreglaban con el bendito polvo de reconciliación, los "no te quiero perder" susurrados, ese Llueve de Melendi que amenizó nuestra última tarde, mis caídas tontas de las que podías estar riéndote horas, los millones de promesas que nos hicimos, esa especie de tatuajes que dejan marca de que fuimos el uno del otro. Todo, todo esto y todo lo que nadie sabe. Cada vez se hace más difícil todo, ya sabes que por mucha armadura que intente ponerme, por dentro estoy tan rota que corto con sólo tocarme. Gracias por haber sabido reconstruirme (aunque luego me rompieses todavía más), gracias por ser el único capaz de desnudarme de la forma que me gusta, y no hablo de desnudarme físicamente (que también), sino de desnudar mi mente.
Pd. Te quiero.
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Poesía y pipas
PoetryBienvenidos a lo más profundo de la jaula de grillos que es mi mente. Pasen y vean, soy un todo un desastre.