Saber que por mucho que hagas nunca nada es suficiente, que puedes hacer mil cosas buenas pero nadie se dará cuenta.
Saber que nada va a cambiar, que por mucho que le muestres tu mejor sonrisa al mundo, todo seguirá siendo lo mismo de siempre.
Saber que tú no vas a mejorar, pero tampoco a empeorar, porque ya no puedes ir a peor.
Saber que la vida te va a dar de hostias hasta que te quedes medio muerto en el suelo, y luego, vendrá ese "alguien" a rematarte.
Darte cuenta de que los sueños, sueños son, y de que por mucho que los persigas, siempre están muy por encima de aquello a lo que puedes aspirar.
Te levantas y piensas "oh, un nuevo día, este SÍ va a ser mi día", pero todos los días acaban siendo iguales.
Lo triste es buscar razones para sonreír y seguir adelante y no encontrar ninguna.
Cuando las canciones más tristes hablan de tu historia, y aun así no cuentan no la mitad;
cuando ya no lloras, porque a fin de cuentas no sirve de nada;
cuando hasta tu propia sombra te da miedo;
cuando llegas al fondo, y sigues bajando;
cuando eres el mayor desastre que ha pisado este planeta;
cuando te fallas a ti mismo y terminas fallando a todos los demás;
cuando te conviertes en lo que yo soy.
Es de valientes seguir adelante cuando no ves razones para luchar.
Lo más fácil es rendirse, dejarte llevar y sucumbir a toda esa mierda para acabar de una vez por todas contigo mismo, porque ya no puedes más.
Porque quedan pocos, pero están a fuego, y quizás esa sea la única y la mejor razón para continuar un poco más.
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Poesía y pipas
PoesíaBienvenidos a lo más profundo de la jaula de grillos que es mi mente. Pasen y vean, soy un todo un desastre.