Poesía y pipas

Puede

Y sí,

puede que realmente nuestra media naranja no exista,

que el medio limón que tenemos a nuestro lado sea lo que nos amarga la existencia,

pero,

¿qué sería de nosotros sin esa adrenalina que nos produce el simple hecho del roce de su mano?

¿sin la caricia de sus labios sobre nuestra piel desnuda?

¿sin pasarnos la noche desvelados pensando en sus pupilas?

Sospecho que nada iría peor si tú no estuvieras del todo,

quizás tampoco mejoraría si estuvieras por aquí,

pero lo apostaría todo,

una y otra vez,

por verte volver,

por tenerte a mi lado y que nunca te vayas.

Porque puede que tu sonrisa sea el mejor incentivo para ser feliz,

y tus brazos el lugar más seguro del mundo;

puede que tu columna sea la mejor escalera conocida,

con sus trece escalones,

con los trece besos que deposité en cada uno de ellos;

puede que seas el mejor despertador de los domingos,

el que ameniza las tardes tristes de lluvia de los martes

y hace que los viernes merezcan la pena.

Un polvo, un cigarro, conversaciones interminables, y vuelta a empezar;

a llenar nuestro baúl con los momentos que no se olvidan,

a recorrer tu espalda y dibujar corazones y palabras bonitas con cada trazo de mi dedo,

a comerte a besos,

a matarte a mordiscos,

a que dejes tus dedos marcados en mi cintura, como un tatuaje,

una y otra, y otra vez.

Gritarle al mundo que es nuestro, que somos imparables.

Cumplir todas las promesas hechas, y las que nos quedan por hacer.

No dejarte dormir la siesta y que no me dejes dormir de noche.

Porque sí, puede que te quiera,

puede que más incluso de lo que se querer.

Nota de la autora:
Esto está dedicado a Carmen, por dar los mejores abrazos de kangaroo en los peores (y en los mejores) momentos, por ser la primera en leerlo todo, por apoyarme siempre y no juzgar nunca, por ser y estar en todo momento, porque éste "poema" es uno de sus favoritos, porque le debo la vida, por existir, y por todo. Te quiero a morir, pequeña Lady Madrid.