Chachiprincesa

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Estar al borde del abismo y que alguien venga, tire de ti hacia atrás, te de un golpe en el medio de la frente y te centre, para poder continuar por el camino recto a su lado.

Que conozca todos tus puntos débiles, ese sitio donde si te hacen cosquillas te mueres de risa, o donde si te acarician te quedas dormido como un bebé.

No sabéis, no os hacéis ni la más remota idea de lo que es poder llegar un lunes por la mañana al sitio más asqueroso del mundo, con ganas de acabar con todo, y que venga, te de un abrazo de esos tan suyos y te transmita toda la energía que te hace falta, que te saque adelante, quizás sin darse cuenta.

Nunca, pero nunca había sido tan afortunada como desde que la tengo a mi lado.

Y nadie (y cuando digo nadie, es absolutamente nadie) merece hacerla llorar.

No os imagináis lo que es que venga los viernes, cuando estás dormida, y te tire de la cama, que te obligue a salir a pasear por esos caminos que encierran entre sus piedras todos nuestros secretos, todas nuestras risas, todas nuestras lágrimas, muchos de los mejores momentos de mi vida.

Que venga y me alegre el día con su sonrisa y sus "Chachiprincesa", que nunca me deje sola, que se sepa mi vida mejor incluso que yo misma, y aun así siga ahí, al pie del cañón, dispuesta a pelear si hace falta contra todos mis demonios.

Que le debo mi vida, joder, mucho más que todo eso, y nunca podré darle (por desgracia), ni la mitad de lo que ella me ha dado a mí.

Deberíais verla correr hacia vosotros con los brazos abiertos, dispuesta a estrujarte en un abrazo de esos que te dejan sin respiración, pero que te dan la vida. Todo el mundo debería sentir eso, es la mejor sensación posible.

Que cuando estás llorando y sales corriendo (por no mostrar debilidad, porque eres subnormal), venga detrás de ti, se siente a tu lado y te abrace, mientras te anima con cualquier estupidez. No sé cómo lo hace, no tengo ni la más remota idea, joder, pero siempre consigue hacerme feliz.

Tengo la inmensa suerte de tenerla a mi lado, ¡y que se joda el mundo entero, que nunca nos vamos a separar!

Porque lo nuestro, más que unirnos la sangre (que también), nos une todo lo vivido, y todo aquello que nos queda por vivir.

Nota de la autora:
A Noelia, por las mil y una tarde juntas, por todos los momentos vividos, por saber llevarme por el camino recto aunque para ello tenga que aplanar montañas, por quererme como nadie y sacarme de quicio como solo ella sabe, por conocer mi parte turbia, y la mejor de mis partes, por llegar de la nada y convetirse en una pieza fundamental en el rompecabezas de mi vida, por ser la que elige mi suerte en la cajetilla, y joder condenida, qué bien lo haces. Porque la quiero como a nadie, porque es mi chachiprincesa, por demostrarme que aunque todo esté oscuro, siempre hay una luz al final, por dar los mejores abrazos estrujantes, por aguantarme más que nadie, por no juzgar y siempre querer saber más. Por todo, hermana, GRACIAS, una y mil veces. Te quiero más que a la comida, pequeña grandullona.

Poesía y pipasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora