Tengo miedo, mucho miedo a no poder (mucho menos saber) querer a nadie como te quise a ti. No sabes lo jodio que es ver que llega el puto frío y no estás a mi lado para abrazarme. Echo de menos pasar la noche a duermevela contando tus lunares, riéndonos de todo, dejando a un lado todo lo malo, fumando a pachas y follando como animales. Mi cama sigue oliendo a ti, y la almohada sigue mojándose noche tras noche con lágrimas que nunca quise llorar. Cada rincón de esta puta ciudad me recuerda a ti, a tus susurros, a nuestra bendita asquerosa manera de escondernos para que nadie supiera que juntos éramos insuperables. Y es que nada es como antes. Y sé que estoy mejor sin tu cariño a ratos, pero se me sigue poniendo ese nudo en la garganta cada vez que me miras y me sonríes como sólo tú sabes hacerlo. Quizás sólo sea miedo a la soledad, o quizás te necesite de verdad para espantar a mis demonios con la inmensidad de tus pupilas. Me ahogo, y ahora no sé a qué aferrarme para salir a flote.
Vuelve, o vete del todo.
Y esta vez, hagas lo que hagas, que sea para siempre.
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Poesía y pipas
PoesíaBienvenidos a lo más profundo de la jaula de grillos que es mi mente. Pasen y vean, soy un todo un desastre.