desorden

46 5 0
                                    

Aun sigo buscando alguien que sea capaz de volver a encajar los pedazos de mi destrozada vida con solo un abrazo;

Aun sigo buscando un motivo por el que levantarme cada mañana y seguir adelante;

Aun intento reparar mis alas, para salir volando y no volver jamás.

No hay motivos, no hay felicidad, no hay besos, ni abrazos, ni nada capaz de repararme. Y es que ni el mejor verde de la ciudad es capaz de colocar este desorden.

Esto ya era duro contigo a mi lado, dando cada paso conmigo, levantándome de cada caída y curando mis heridas con más mimo que nadie, pero desde que te has ido ya nada es igual.

Las noches son lo peor, lo que más me recuerda que ya no estás, como entrar en la cocina y no poder oler tu perfume, como no saber hacia dónde ir pues cada rincón lleva escrito tu nombre.

Cada vez este desastre va a más, y yo voy a menos, hasta que ya no quede nada de mí.

No sabes lo que duele despertarme y que no estés, saber que ya nunca vendrás a abrazarme diciéndome que me habías echado mucho de menos todo ese tiempo (aunque solo hubiesen sido horas), no sabes lo que duele que tu mayor maestro ya no te enseñe nada, porque no está a tu lado.

Echo de menos tus risas por todo y por nada, tus "te quiero más que a nada", tus recetas para ser más feliz y ese modo en el que nos contagiabas a todos tu absoluta felicidad, haciendo que hasta el peor de los momentos fuera algo mejor.

Y ahora no estás, y no vas a volver, y joder, necesito verte, despedirme de ti, porque no me dejaste hacerlo, necesito abrazarte y no soltarte nunca, que me digas que todo irá bien, que tú vas a cuidar de mi (y es que nadie me cuida mejor de lo que tú lo hacías).

Agosto antes era el mes más dulce del año, el más bonito de todos, y ahora que tú te has ido, solo es un mes más, uno de tantos vividos, uno de los peores.

La falta de alguien nos hace más fuertes, sí, pero termina por destrozarnos.

Te echo de menos,

siempre te echaré de menos.

Poesía y pipasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora