ladrón de guante blanco

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Tengo tu nombre tatuado en mi corazón,
cicatrices de ese polvo a las dos de la mañana que nos dio la vida,
tu sonrisa clavada en mis pupilas,
y el dibujo imborrable que hicieron tus dedos en mis costillas para tocar la banda sonora que ameniza nuestros días.

Susurros encerrados en alguna parte de mi memoria,
en ese sitio donde guardo todo aquello que no quiero olvidar,
mástequieroyo,
másmegustastú,
másmeenamorodeticadadía.

Parasiempres que juramos en cada beso,
media vida juntos,
y la otra media prometida.

Enfados que se curan con tus "no te quiero perder, princesita";
Abrazos que sanan hasta la peor de las heridas;
Demonios que huyen cuando te acercas iluminándolo todo con tu sonrisa;
Cicatrices que desaparecen cuando dejas un rastro de besos sobre ellas.

Tenemos pendiente una botella de vodka a medias,
sueños por cumplir,
y media vida juntos que compartir.

Así que quédate.
Quédate para siempre.

Hagamos de este invierno nuestro verano entre las sábanas;
Dibujemos sonrisas donde antes sólo había lágrimas;
Dejemos el miedo a un lado, para poder gritarle al mundo que estamos aquí, que seguimos juntos, y que les jodan a todos.

Tengo planeado robarte el corazón,
para que me lleven presa a la cárcel que hay entre tus piernas.
Y si muero en el intento,
revivir en cada verso
y volver a empezar.

Poesía y pipasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora