Juraría haber prometido no quererte, mucho menos llorar por ti.
Juraría haberme puesto la coraza ante ti, y ahora está hecha pedazos vete a saber en qué parte de tu cuarto.
Quizás me equivocaba al sentirme especial,
aunque quizás, y solo quizás,
realmente te importé.
Rompiste todos mis esquemas, me desarmaste demasiado rápido;
¿quién iba a pensar que esta mercenaria acabaría con su propia espada clavada?
Y es que todos hemos roto promesas alguna vez, ¿verdad?
Pues aquí me tienes, llorándole a la almohada,
queriéndote como siempre y echándote de menos como nunca.
La espada ya no está clavada, no, pero la herida aún sigue abierta, y joder, no sabes cómo duele.
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Poesía y pipas
PoetryBienvenidos a lo más profundo de la jaula de grillos que es mi mente. Pasen y vean, soy un todo un desastre.