Capítulo 65

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Una poesía erótica recitada al oído.

CLOE

Cuando digo que había sido lo mejor de mi vida me quedo corta. Thiago había sido maravilloso, único, tierno y delicado, un ser detallista, preocupado por hacer ese momento idílico e inolvidable. Que tocara el piano fue un extra para embellecer aún más si cabe a este ser. «¿Y el arte en los dedos?», aparecía mi diosa descarada burlándose de mí. Aquello no solo era arte, era una poesía erótica recitada al oído. Era, sencillamente, perfecto.

En el instituto no conocí a nadie que dijera que su primera vez había sido como la mía, todas coincidían en que habían sido una mierda. Recuerdo a Lola y su primera vez con aquel chico cuatro años mayor que ella. Montó un drama al día siguiente cuando la dejó. Le escupió cual malcriada en mitad del patio, gritando que follaba de pena, que no supo lo que era un orgasmo, dejándolo en ridículo. Al tío no le importó mucho aunque su semblante era serio ante tal exposición. La propia Ali sin darme muchos detalles también me había contado que no  había sido lo que esperaba. ¡Y yo pensaba en que sería terrible! Pero me equivocaba. Thiago hizo que, aunque no terminara mi vida con él sea recordado el resto de mis días como "el mejor chico del mundo para iniciar la vida sexual".

 Thiago hizo que, aunque no terminara mi vida con él sea recordado el resto de mis días como "el mejor chico del mundo para iniciar la vida sexual"

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Mis días de adolescente. Decidir. II (Publicado en físico).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora