Capítulo 3

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Prioridades.

YEZZY


Es difícil conseguir en esta vida personas que llenen tus expectativas, que te ayuden en los problemas, que no te juzguen, que lloren con tus fracasos y rían contigo en los triunfos. Desde que llegué a esta ciudad he encontrado a dos personas que me han marcado. A veces no necesitas mucho tiempo para conectar con gente que intuyes que van a ser especiales, simplemente sucede... Y eso son para mí Cloe y Thiago. Quizás me equivoque pero ellos me han demostrado en poco menos de un año que son amigos de verdad. Estos días habían sido pura incertidumbre, entre exámenes, la obra de teatro y el gran problema de Cloe con Erik. Verla tan vulnerable ante aquel ser detestable me daba asco solo de pensarlo.

Cloe es una chica maravillosa y la única de todas las personas que han pasado por mi vida a la que puedo considerar mi mejor amiga. Con ella y con Thiago siento que puedo llamarlos a cualquier hora para contarles lo que sea y sé que siempre van a estar ahí para escucharme, incluso la más mínima tontería. Son totalmente fieles conmigo. Mientras todo el mundo te pone una sonrisa falsa y te dice cualquier cosa para quedar bien, ellos te hablan con sinceridad aunque te duela. Con ellos no existe ese filtro que ponemos para todo aquello que viene de fuera, a modo de capa protectora para nuestros sentimientos o para el qué dirán; me gusta hablar de futuro aunque todos nuestros planes cambien totalmente a los cinco minutos. Todo es extremadamente especial, ellos son mis compañeros de viaje que me complementan, aunque en muchas cosas seamos polos opuestos. Sabemos cómo animarnos mutuamente, en qué momentos podemos vacilarnos y con una mirada nos entendemos a la perfección. Siento que conocidos hay muchos, pero como lo que nosotros tenemos es complicado de conseguir. Los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano y siempre te sobrará alguno.

La gente era muy falsa y eso siempre dolía. Desde niño había vivido acobardado con el mundo, con miedo a que me etiquetaran y, aunque soy muy abierto y extrovertido gracias al baile, desde siempre he sufrido en silencio mi atracción por los tíos. Desde que les conté a Cloe y a Thiago que era homosexual, nunca sentí rechazo, ni burla. Ellos no me juzgaron; todo lo contrario, me aconsejaron y me protegieron siempre. Sé que sin ellos este año no habría hecho muchas cosas; una de ellas, y la más importante, es que no habría revelado a mis padres mis gustos por los hombres. Cloe me dio la seguridad que muchas veces me hacía falta, y Thiago era el lado razonable que me aconsejó las palabras que debía decir aquella noche que se lo confesé. Cloe me acompañó ese día, él prefirió quedarse al margen.

Mi padre se quedó atónito en la silla sin mover ni un pelo, evaluando cada una de mis palabras, como buen abogado, haciendo una radiografía completa de mis gestos y de mis emociones. Mi madre esbozó una tímida sonrisa que me transmitía complicidad. Ellos creían que salía con Cloe y esa noche les habría dicho que era mi novia. Nada más lejos de la realidad. Mi querida amiga era solo eso, la compañera de aventuras y secretos, la chica que cualquier hombre desearía, que cautivaba con su sonrisa y me alegraba la vida, aunque ella no se lo creyera. Era el amor de mi vida en amiga, como una hermana que querrás y protegerás aunque nadie te lo pida; simplemente, lo sientes.

Cuando mi padre reaccionó, el sin palabras fui yo, porque su respuesta fue la que menos me esperaba. Me abrazó con cariño y me ofreció su apoyo incondicional, a pesar de que sabía que aquello había sido la peor noticia que había recibido en su vida. Mi madre solo asintió dándome a entender que ya lo intuía. Me monté un circo en mi cabeza durante años, pensando en cómo confesar mi atracción por los chicos y nunca supe cómo hacerlo. Hasta que Thiago con dos palabras me convenció y lo planificamos los tres. Quizás era el más centrado de este triángulo. Tiene una madurez impropia de nuestra edad. Y sé que es complicado considerar a alguien así en tan solo unos meses, pero estoy siendo completamente sincero. Ellos son lo mejor de mi vida.

Mis días de adolescente. Decidir. II (Publicado en físico).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora