El mejor confidente.
CLOE
—¡No me lo puedo creer! ¡Qué guay! ¡Cuánto me alegro por ti! ¿Y qué fue del resto de la noche? —pregunté con interés.
Me alegraba muchísimo verlo feliz y con esa sonrisa al hablar. Mientras me narraba su noche yo me comía mi bocadillo y él se estaba terminando sus tortitas con chocolate.
—Bueno, lo demás es fácil de resumir. Le ayudé a cerrar el bar y seguimos preguntando cosas, aunque un poco menos relevantes. ¡Ah sí! Se me olvidaba, solo ha tenido una pareja y no duraron mucho. Así que no es un chico serio —dijo con una sonrisa amplia.
—¿Y eso es bueno o malo?
—Buenísimo, ahora mismo no quiero nada serio. Y eso es genial, seguir este rollo e ir viendo cómo se va desarrollando toda esta situación. Lo de Izan me dejó bastante mal. Uno, no quiero nada serio, y dos, acabo de conocerle.
—¡Esa es la actitud, amor! Haces bien, conócelo y pásatelo bien. ¡Con él o con varios! —le guiñé el ojo.
—Como tú, ¿no? —preguntó con picardía.
—¡Obvio!, a mí ahora no me interesa nadie. Qué va. Los dos solteros, ¿quieres ser mi novio?
—Seríamos una parejaza. Bueno, voy a hablar con tu amigo con derecho. Descansa. Aunque, conociéndote lo de dormir va a ser complicado después de esta tremenda noche —guiñó un ojo.
—Bueno, tú igual, así que no me rayes, con calma todo sale mejor. No como tú, que ya te veo contándome tres horas de audios o llamadas lo mono que es. Te veré caerrr —alargué la erre— porque entre coña y coña, la verdad se asoma.
—No es así el dicho. Es "entre coña y coña la verdad, te follaba" —me empecé a reír muchísimo.
—A ti te encanta sexualizar los refranes, ¿no?
—¿Es mentira? —preguntó con ojos interrogativos.
—No lo sé Yezzy, soy más virgen que el aceite —terminé de comer y recogí mi plato—. Por cierto, tú y yo tenemos una conversación pendiente.
Lo dejé un poco en el aire aunque sabía que en cuanto se lo dijera no pararía de insistir.
—Entonces lo de llamar a nuestro amigo el guapo puede esperar, cuéntame.
—No, esto lo podemos hablar en cualquier momento. De verdad, puedes hablar con él —se me agolparon las palabras de los nervios; aunque tenía confianza absoluta me daba un poco de vergüenza. Mi cara se teñía de rojo rápidamente.
—No voy hablar con él hasta que me cuentes. ¡Suelta!, ¡desembucha! —frunció el ceño y se quitó la mancha de chocolate que tenía en la boca.
—Es que, ¡uff!, bueno... Voy a soltar todo lo que tengo en la mente, a pensar en alto. Así que tú escucha y no digas nada hasta que termine, ¿vale?
Él asintió, tragó el cachito de tortita que tenía en la boca.
—Si quieres apago la cámara y el micro para que no me escuches ni me veas —sugirió.
—Sería mejor —en cuanto lo dije, él lo hizo.
Por mi mente pasaron mil cosas, no sabía cómo decírselo. Eran tantas sensaciones que no sabía definirlas. Yezzy encendió el micro.
—O piensas en alto o ¿qué hacemos? —preguntó impaciente.
—¡Ay, calla!, que estoy pensando, no me desconcentres. Tengo que organizar mis ideas —miré al móvil. Su cámara estaba apagada—. ¡A ver cómo te digo esto!
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Mis días de adolescente. Decidir. II (Publicado en físico).
RomanceSegunda parte de la trilogía MDDA. (Completa). Publicada en físico en Amazon el 15/03/22. Sinopsis. Caminar por el borde de un acantilado no es arriesgado, ¡si no tienes vértigo, claro! Creo que lo verdaderamente peligroso es lanzarte al vacío sin s...