Capítulo 67

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Eres una provocación.

CLOE

Llegamos al centro comercial ubicado a las afueras de la ciudad. Fuimos a los karts, en las dos carreras ganó Manu y luego decidimos ir a los recreativos del Estrella Park donde terminamos jugando tres partidas a los bolos: una la ganó Yezzy y las dos siguientes Alicia.

Los mejores jugando a los dardos fuimos Enzo y yo y el que ganó al billar fue Manu

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Los mejores jugando a los dardos fuimos Enzo y yo y el que ganó al billar fue Manu. Thiago, que siempre ganaba todo, no acertó ni una, ¡estaba picadísimo! Estuvimos allí dos horas entre risas y anécdotas mientras bebíamos y pinchábamos lo que nos traían. A las once y media de la noche decidimos terminar la fiesta yendo al centro de A Coruña.

Intentamos entrar a las discotecas y salimos totalmente rebotados. Los únicos a los que dejaban entrar eran a Enzo, a Manu y, por cumplir los dieciocho, a Thiago, que se quejaban de coña por tener a menores de edad como parejas.

Decidimos ir a los pubs. En el primero entramos fácilmente porque no pedían que enseñáramos las identificaciones. In Da Getto de J. Balvin y Skrillex sonaba a todo volumen.

Cogí las manos de Thiago, las puse en mi cadera, envolví su cuello y empezamos a bailar. Se movía genial y mi mente me llevó a nuestro primer baile, a nuestro primer roce y aquel beso que me destruyó.

Entonces sonó Gasolina de Daddy Yankee y tanto Yezzy como Alicia me apartaron de Thiago cogiéndome por los brazos.

—¡Hasta el suelo, Cloe! —chillaron en mi oído.

Se pusieron los dos pegando las espaldas y empezamos a movernos al ritmo del bajo. Bailamos ante la atenta mirada seductora de Thiago, con esa sonrisa ladeada que le hacía jodidamente atractivo. En cuanto cambiaron la canción Manu empezó a bailar y nos separamos. ¡Era el dueño de la pista, literalmente!

Alcé la vista buscando a Thiago pero no lo vi, fruncí el ceño y me estiré para ver dónde estaba.

—¿Me buscas? —me dijo al oído.

—¡Joder, Thiago! ¡Para de hacer eso! —le encantaba asustarme y a mí me ponía los pelos de punta—. No te buscaba.

—Sí, claro —se regodeó. Me conocía muy bien.

Le reté con la mirada hasta que sentí a Yezzy y Manu bailando a nuestro lado. Eran muy buenos y, aunque tenían estilos diferentes, era como estar viendo en directo esos programas de baile de la tele. Thiago se acercó a mi oído y me dijo:

—Tú bailas como has bailado ¿y crees que eso no tendrá consecuencias cuando me tienes desde mi casa con ganas?

Me separé riéndome a carcajadas.

—Este cumpleañero no está recibiendo su regalo —protestó.

—Tu regalo te espera en tu casa.

Mis días de adolescente. Decidir. II (Publicado en físico).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora