Capítulo 48

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¿Almas gemelas?

YEZZY

Acababa de hablar con Cloe y Thiago. Ellos seguro que se habían ido juntos a pasar una increíble noche. Ya los interrogaría. Mi amigo Thiaguiño, como le decía Cloe, me animó a que fuera con el chico que me había dado su Instagram, que stalkeé pero no seguí. Decidí hacerle caso a Thiago y ser más lanzado así que cogí un bus para ir al bar con la esperanza de que tuviera turno nocturno. El viaje se me hizo bastante corto ya que no paraba de darle vueltas a todo. Cuando llegué, me bajé, crucé la calle y vi el bar abierto, alivié un poco la tensión. Iba a ir directo, al grano, nada de dar vueltas.

 Iba a ir directo, al grano, nada de dar vueltas

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Entré en el bar, fui a la barra y me senté. No había mucha gente, todas las personas estaban en la terraza. Esperé a que alguien saliera de la cocina. Pasaron unos diez minutos y yo seguía allí esperando, aferrado a la única pista que tenía: que trabajaba allí.

En ese momento salió alguien pero no era él, un chico bajito, moreno, con una tortilla humeante en sus manos e iba en dirección a la terraza. En su trayecto me vio e hizo una seña haciéndome saber que ya venía a atenderme.

Estaba mirando cómo se acercaba a la llamativa pareja de pelirrojas a la que atendía. Eran muy guapas y parecían hermanas. Ambas de ojos claros y pecas con una sonrisa muy bonita.

—Joder, te van las tías, ¡y yo que pensaba que tenía una oportunidad...! —dijo una voz en mi espalda.

Me giré sobresaltado al oír la voz del chico al que buscaba.

—Hola Manuel, ¿qué? —pregunté haciéndome el sordo aunque lo hubiera dicho en mi oído.

—Manuel, Manuel, ¡por dios!, suena a viejo de trescientos años. Llámame Manu y estoy seguro de que me oíste, así que no lo repetiré —comentó con una amplia sonrisa.

Se apoyó en la barra con las dos manos. Llevaba una camiseta blanca ajustada, un trapo en el hombro y unos vaqueros negros rotos que pude observar cuando cogió una copa para servir una caña. Una sonrisa perfecta, ojos castaños con un destello claro y una chispa que me llamaba la atención. Su pelo era castaño oscuro, un pequeñito atrapasueños que a Cloe le encantaría en el lóbulo derecho acompañado de un arito en el piercing "Hélix". Y en el lado izquierdo simplemente un arito en el lóbulo. Era muy mono, además con la camiseta blanca le resaltaban los músculos de los brazos y su ancho cuello.

—Vale, "Manu" —marqué las comillas con mis dedos para recalcarlo.

—Bueno, Cheesy, ¿en qué puedo ayudarte? —preguntó dejando la caña en una bandeja y sirviendo la segunda.

—No soy un queso, es Yezzy.

—¿Como las zapatillas? ¡No sé qué es peor!

Yo me llamo así, si te gusta bien y si no, también. Además mi nombre viene de mucho antes que las zapatillas —dije bastante picado.

Mis días de adolescente. Decidir. II (Publicado en físico).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora