CAPÍTULO 15

759 146 51
                                    

El rubio siguió caminando hasta que después de unos minutos pudo ver al menor viendo su teléfono. Mordió levemente su labio y sin esperar más se acercó lo suficiente hasta estar a su lado e ir a su mismo paso. Estaba nervioso, seguramente lo iba a regañar o algo por el estilo.

— Uhm... Jungkook... —Llamó desviando su mirada al susodicho sin obtener una respuesta.

Su mirada subió hasta darse cuenta de que cargaba auriculares por lo que se puso al frente logrando detenerlo. La aterradora mirada del peliazul estaba puesta en él, le daba tanto miedo verlo enojado.

— ¿Tienes--

— Permiso, debo ir a mi siguiente clase. —habló serio esquivando al mayor.

— Jungkook, por favor, sólo escúchame,  ¿si? Yo... —suspiró volviendo a caminar más rápido hasta ponerse de nuevo al frente y seguir su paso pero ahora de reversa—. Dame sólo unos segundos...

El susodicho giró sus ojos para luego quitar sus auriculares y así quedarse de pie frente a él sin cambiar la mirada de antes. Estaba conteniéndose demasiado por no golpearlo ahí mismo, quería irse ya de ahí.

— Perdóname, por lo de ayer. Sé que estuve mal, no sé... por qué lo hice. —tragó saliva—. Te juro que ya no volveré a beber de esa manera, créeme. También me hice daño y... sí, tenías razón, de no ser por ustedes... —desvió la mirada—. Ya estuviera en una morgue... y se los agradez--

— ¿Qué te pasa?

— ¿Eh?

— Desde que comencé con ese trabajo te comportas peor que un novio celoso. Todo es tan tóxico contigo últimamente... —frunció el entrecejo—. Viste que estaba muy necesitado de dinero, conseguí un trabajo en el que incluso sales ganando tú porque iba a comprar otro apartamento más grande.

— ¿Para ambos...?

— Sabes que te quiero, siempre lo hice, desde pequeños y no entiendo por qué ahora lo dudas. Hice un nuevo amigo que necesita de mi, yo... incluso me siento mal recibiendo ese dinero porque me hace feliz hacerlo a él feliz, pero por hacerte feliz a ti... recibía eso para así juntar e irnos a otro lugar.

— ¿En serio lo quieres sólo cómo un amigo...?

En ese momento la mirada del menor cambió. Había olvidado que Jimin también había escuchado lo de la llamada y aunque seguramente no fue tan claro, se pudo percibir lo que dijo.

— ¿Eso importa? —suspiró de nuevo desviando la mirada—. La cuestión es que sí, me molesta demasiado que hayas actuado peor que un niño de 6 años. Ya somos adultos, yo sé lo que hago al igual que tú, pero... no voy a perdonarte que lo hayas lastimado a él, es más, si quieres realmente un perdón, pídeselo a él. —Acotó.

Sin más qué decir sólo colocó sus auriculares de nuevo y siguió su camino hasta la siguiente clase.

Por otro lado, Jimin estaba tan enojado también, no obstante, sabía que tenía razón. Debía disculparse con el "principito" pero... le daba mucha vergüenza y enojo hacerlo. Con su mirada de niño que no rompe ni un plato lleno de lujos y poder. Aunque ahora que lo pensaba, ¿Qué tal si no eran celos? ¿Era envidia? Quizás ambas.

Suspiró y rodeó sus ojos para así darse la vuelta e ir a su próxima clase también.

____

Al terminar todos los exámenes finalmente salió. Estaba tan agotado, tanto mentalmente cómo físicamente. Creía ser un muerto viviente, se sentía muy mal.

Mientras pensaba si sus respuestas habían sido correctas, al llegar a la salida de la universidad pudo ver un auto bastante lujoso. Dos hombres bastante fuertes cubrían sus puertas al igual que una patrulla y dos policías en moto estaban al frente y atrás del vehículo.

En cuanto vio aquella escena muy llamativa supo de quien se trataba. Siguió caminando y al estar por girar para ir finalmente a la estación de bus pudo escuchar aquella risa. Se giró un poco lento y al verlos de nuevo con aquella sonrisa sintió su estómago retorcerse. Apretó su puño y sólo se contuvo de no llorar al frente de toda la universidad.

Jungkook se veía mucho más feliz con él. Claro, siempre le había gustado el dinero, ¿era una razón para querer tanto al Rey? No lo creo.

Por otro lado el peliazul entraba en aquel auto junto al castaño para así ir de nuevo hasta el palacio. Le daba gracia pensar que ahora al salir siempre estaría un auto con mucha seguridad esperando por él. Era vergonzoso pero al ver que ahora sería Taehyung el que estaría esperándolo, la vergüenza desaparecía y su felicidad comenzaba de nuevo.

— No debiste molestarte en venir. —musitó viendo directamente al mayor—. Es peligroso.

Estaba muy aburrido en casa, no quiero quedarme encerrado todo el día.

— Voy a suponer que dijiste algo de que no era ningún problema. —Rió.

El adverso sonrió y asintió. Sentía su corazón latir tan fuerte en esos momentos. ¿Jungkook siempre se había visto así de atractivo? Le gustaba su forma de vestirse pero sin duda alguna su rostro era el que más resaltaba.

Al darse cuenta de que lo estaba viendo demasiado solamente desvió la mirada hasta su ventana. Fue ahí cuando vio al chico del golpe sentado en la estación de buses limpiando sus ojos. Al parecer estaba llorando o... sólo se le había metido alguna basura. De alguna manera se sentía mal e incluso comenzaba a sospechar que aquellos celos no eran sólo de amistad, tan sólo... esperaba equivocarse. De lo contrario, sabía que iba a salir ganando, ¿o no?

En ese momento sus pensamientos desaparecieron rápidamente y sus mejillas se tornaron de un rojo carmesí. Su mirada conectó con el adverso y sólo abrió la boca recibiendo aquellas gomitas que sacaba del pequeño paquete.

— Wah, están muy buena... ¿cierto? Con razón estaban tan caras.

¿Cuanto valían?

— 1000 wones... —Observó la bolsa se nuevo.

— Eso no es caro. —contestó riendo al final llevándose una mirada de desacuerdo del adverso.

— El rico siempre humillando al pobre... al parecer las cosas no--

Jungkook sintió que su rostro se estaba convirtiendo en un tomate muy rojo. Sus ojos permanecieron en el rostro adverso tan cerca de él mientras sentía la mano de este tapar su boca. ¿Qué estaba haciendo? ¿Es que acaso lo estaba seduciendo? Porque lo estaba logrando.

— No digas que eres pobre frente a mi de nuevo, si quieres algo, sólo pídelo y yo te lo daré. —Habló con aquella voz grave que incluso había hecho sonrojar al conductor—. ¿Me entendiste?

— S-si, señor.

— Muy bien, así me gusta. —dió pequeñas risas para luego quitar su mano y volver su mirada a la ventana.

Jungkook creía que aquel chico frente a él era el mismísimo lucifer. Era un ángel que lo tentaba a pensar muchas cosas gays que no podía justificar. Y el hecho de que él supiera que era guapo, lo hacía mucho más atractivo.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora