CAPÍTULO 28

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El cielo ya había oscurecido casi en su totalidad, aún habían algunas nubes que tapaban los rayos del sol creando una imagen preciosa. El viento era fresco y el ambiente en aquel lugar se había puesto mucho más alegre cuando Hoseok y Jimin incentivaron a los demás a bailar de mejor forma, en especial a las personas más jóvenes.

Los cuatro chicos disfrutaban de las actividades llevándose muchas miradas de adultos mayores que los veían con desagrado pero en lugar de quedarse quietos, hacían más escándalo logrando ganar risas de personas que no estaban amargadas cómo otras.

Taehyung al ver hasta la ventana pudo notar que las luces de aquel lugar ya estaban encendidas por lo que, con suavidad tomó la mano del castaño para así llevarlo junto con él. Podía notar que incluso este ya estaba un poco ebrio debido al champán o el vino, pero, aún así, seguía comportándose normal, no era exagerado en ningún aspecto. Se había embriagado elegantemente.

Jungkook sonreía observando aquel camino mientras veía a Taehyung sonreír tanto que incluso creía que él era el que había bebido. Se veía tan feliz y eso lo hacía ser muchísimo más tierno que antes.

Estando en aquel puente de nuevo, ambos se asombraron al ver la cantidad de luciérnagas que rondaban el lugar, se veían tan lindas y pequeñas que querían guardar una en un pequeño frasco pero, obviamente no harían tal cosa.

— Jungkook. —Llamó al adverso poniéndose al frente—. Yo... —tragó saliva—. Te traje a este lugar porque hay algo que quiero decirte, estoy... un poco nervioso y... —sonrió— voy a ser sincero en absolutamente todo.

— ¿Qué sucede? —Preguntó curioso mientras observaba atentamente al adverso.

— Desde tu llegada, le diste mucho color a mi vida. Estaba enfermando por no comer, no quería ni siquiera levantarme de la cama y... fueron años muy tristes para mi. Me sentía tan sólo hasta que llegaste tú. —Sonrió—. Quizás yo no fui la mejor persona pero... tú hiciste que cambiara para bien, y quiero compartir cada momento a tu lado, hacerte feliz, quiero que seas... mío. —Rió un poco apenado desviando la mirada.

— Hyung... —sonrió.

— Por eso quiero decirte si... —suspiró tratando de calmar sus nervios— ¿Quieres ser mi novio?

Jungkook pudo sentir sus rostro calentarse mucho más al igual que su corazón latir desenfrenadamente.

Se acercó lentamente llevando una de sus manos hasta la mejilla adversa proporcionando suaves caricias mientras sus labios rozaban un poco.

— Si, quiero ser tu novio. —susurró.

En ese momento ambos cerraron sus ojos para así abrazarse y unir sus labios en un suave, casto y tierno beso bajo la brillante luna.

Todo parecía ser sacado de un cuento de hadas, el lugar, los trajes, ellos... y sus historias, pero era más importante la historia que tendrían de ahora en adelante siendo el uno para el otro y amándose hasta enloquecer. Jungkook estaba dispuesto a darle a él todo lo que quería a pesar de no tener mucho, quería hacerlo ver que en esta vida las segundas oportunidades no eran más y que él al tener una... debía disfrutarla hasta en el más mínimo segundo y él sería el que lo ayudara a ser el chico feliz que era antes.

En esos momentos escucharon un ruido entre los arbustos por lo que, por inercia, se separaron sintiendo cómo sus rostros ya dolían debido a sus sonrisas.

— Bien, lo que quería darte es esto. —Musitó Kim tomando una pequeña caja para luego abrirla.

El menor al ver aquellos dos collares sintió sus ojos picar debido a las lágrimas que se aproximaban. Una sonrisa tímida apareció y tomó uno de ellos viendo aquel corazón que tenía la inicial de su nombre hecha con pequeños diamantes. ¿Eso era para él?

— ¿No... te gustó? —preguntó Taehyung nervioso— sino puedo mandar a--

— ¡No! —Sonrió acercándose para así dejar un pequeño beso sobre sus labios— Está precioso, pero... es algo muy valioso y caro, yo no merezco tal objeto.

— Claro que si, tú mereces todo en este mundo y te juro que conmigo ya no te hará falta nada.

— No quiero... que piensen que me aprovecho de ti.

— Me importa un bledo lo que diga la gente. A mi me importas tú, Jungkookie,  y todo lo que quieras, yo te lo voy a dar. —Sonrió.

— ¿Podrías quedarte conmigo hasta el día de mi muerte? —Pidió con aquellos hermosos ojos brillantes.

Taehyung soltó una pequeña risa para luego asentir. Tomó aquel collar de las manos del adverso para luego indicarle que se diera la vuelta. Suavemente colocó aquel collar sintiendo la felicidad consumirle por completo, lo había hecho, por fin... había hecho la propuesta que quiso dar... desde su primer beso.

Como acto seguido Jungkook hizo lo mismo, colocó aquel collar en el cuello adverso para luego sentir cómo éste lo tomaba de la cintura para así volver a besarlo con un poco más de intensidad y pasión. Le encantaba saber que ahora, ese chico que llegó cómo si nada a su vida, se había convertido en su todo.

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Jimin sentía sus lágrimas salir cada vez más rápido, su respiración estaba haciéndose pesada y su pecho dolía. Lo que acababa de ver... no podía ser cierto, Jungkook no podía ser de ese chico, Jungkook... era suyo, él... había perdido a la persona que amó durante tanto tiempo.

Se arrepentía no haberle hecho caso a Hoseok antes, fue tan lento y tan estúpido de no aprovechar todos los momentos que tuvo, ahora... ahora todo se había ido a la basura, y todo por culpa de Kim Taehyung. Si tan sólo él no hubiera aparecido, todo estaría normal.

Al darse cuenta de que ya estaba lejos de cualquiera que pudiera verlo sólo se sentó en aquellas gradas mientras cubría su rostro comenzando a llorar cómo nunca antes lo había hecho. Sentía cómo si su corazón era estrujado tan fuerte que no lo dejaba respirar bien. Sus ojos comenzaron a hincharse al igual que su rostro y el dolor de cabeza había aparecido.

Se mantuvo en aquel lugar lamentando cada una de sus acciones teniendo en mente que ya no podía seguir viviendo de esa forma, nunca fue nada sin Jungkook y ahora... ya lo había perdido por completo, todo por él, por ser tan estúpido y cobarde.

Al cabo de unos segundos pudo escuchar pasos hacia él por lo que al darse cuenta de quién se trataba, limpió su rostro al instante queriendo salir de ahí pero ya ni siquiera podía ver bien.

— No debiste seguirlos.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora