Jimin levantó lentamente la mirada hasta aquel chico a su lado sintiendo tanta vergüenza de sí mismo en esos momentos. Ya era humillante lo que pasó y ahora era mucho más. Sólo quería desahogarse pero ahora estaba sentado ahí junto a ese otro... "principito".
Sin decir nada sólo volvió la mirada a sus manos luego de limpiar sus lágrimas, no sabía ni qué decir, había llorado tanto en tan poco tiempo que su voz probablemente se entrecortaría.
— Hay veces en las que... es difícil dejar a alguien irse con otra persona. Es... obligar a tu corazón dejar de amarlo pero después de la tormenta viene la calma, ¿no? —jugó con los anillos en su mano.
— Si pero todo iba bien hasta que llegó él, todo... —tragó saliva— nuestra vida iba muy bien.
— Tienes que dejar que el amor de tu vida... se vaya con el amor de su vida. —mantuvo la mirada en el rubio— Duele porque yo también lo he sentido, todo el mundo a pasado por esto al menos una vez en la vida y se trata de seguir adelante.
— Fue hace 10 minutos, déjame llorar. —Pidió limpiando su nariz.
Yoongi se acercó un poco más para así limpiar el rostro de aquel chico con un pañuelo limpio. Podía notar sus mejillas rojas al igual que su nariz y... le había parecido bastante tierno, aunque a él no le gustaban los hombres. O eso decía.
— ¿Por qué está aquí? —Preguntó el menor desviando la mirada un poco nervioso— es su fiesta, debería estar adentro.
— Estaba buscando a mi amigo, luego vi lo que pasó así que... quise venir a... consolarte.
— ¿Tú? ¿A mi? —sintió sus ojos llenarse de lágrimas de nuevo— pero ni siquiera me conoces, yo sólo vine de colada y me comí todos los postres y... ya me delaté, ¿no es así? —preguntó al ver la reacción del adverso.
Yoongi no pudiendo evitar reír sólo asintió, aunque al darse cuenta de que había mostrado su sonrisa, rápidamente tapó su boca desviando la mirada hacia otra parte.
— ¿Por qué lo haces?
— ¿Qué... cosa?
— Tapar tu boca cuando sonríes.
— No es nada, sólo... —suspiró bajando la mirada.
— Me gusta tu sonrisa.
El mayor en ese momento pudo sentir algo en su corazón que lo había hecho sonreír incluso más pero tuvo que disimularlo. Nunca había mostrado su sonrisa luego de que muchos le dijeran que era rara o fea debido a que sus dientes eran pequeños. Esta... era la primera vez en que alguien halagaba eso.
Por otro lado Jimin siguió limpiando sus ojos, ya hasta se había hinchado más y no quería verse cómo drogadicto de la esquina con la cara hinchada. Después de todo también se había caído el maquillaje que le habían puesto y... creía verse mal.
— Ven. —Extendió su mano— ¿Quieres distraerte?
— No sé si quieran verlo conmigo, yo soy--
— Me vale una mierda la gente. Vamos, yo sé que te gustará. —volvió a sonreír aunque detuvo su instinto de tapar su boca.
— Wow, yo no sabía que la gente rica dijera malas palabras. —Respondió Jimin colocando su mano sobre la del adverso.
No podía quedarse ahí llorando por un amor no correspondido, no servía de nada, pero aún así dolía. Había estado tanto tiempo con él sólo para que un desconocido le de trabajo y... se lo llevara. Sabía que las cosas no serían cómo antes, quizás... debía alejarse.
Su mirada se desvió hasta su mano dándose cuenta que aquel chico aún seguía tomándolo. Ahora se sentía estúpido por llorar frente a alguien, y no sólo una persona normal, era el hijo del duque de...
Dejemos los detalles para otro momento.
Por otro lado, Yoongi seguía sintiendo su corazón latir un poco más rápido. Desde que vio por primera vez a aquel chico había sentido una cierta atracción por él, era... la persona más hermosa que había visto, incluso, el chico más precioso que había conocido.
Siempre había estado con chicas para ocultar sus verdaderos gustos pero, estar ahí con él no los convertiría en novios al instante. Además, sólo estaba haciéndole un favor al hacer que ya no pensara en aquellos dos, sabía que era difícil ver a la persona que alguna vez amó y... lo entendía. Aún era difícil asimilar que el chico que le gustaba, ya estaba con alguien más. Nunca creyó que Taehyung tenía esos gustos.
— ¿Cómo debo llamarlo? —Musitó Jimin aún detrás de él.
— ¿Hm?
— Debo llamarlo... "Mi señor", "alteza", "principe" ehm... ¿cómo es la versión masculina de "duqueza"? —murmuró al final logrando que Yoongi sonriera de nuevo.
— Duque.
— Oh, si, eso, ¿cómo debo llamarlo?
— Hm... Yoongi. —respondió soltando su mano para así ir hasta aquella puerta y así abrirla.
Jimin se quedó pensando unos momentos para luego sólo quedarse observando al adverso. En cuanto aquellas puertas se abrieron, sintió cómo su sonrisa se hacía cada vez más grande.
Al ver la señal del mayor sólo comenzó a caminar junto con él hasta que estuvo dentro de aquél jardín. ¿Por qué había un jardín dentro de una casa? La gente rica tenía ideas extrañas pero, bonitas.
— Wow, esto es--
Ambos se giraron al instante al escuchar un sonido al otro lado del pasillo donde pudieron ver a dos chicos besándose muy... muy apasionados. Estos ni siquiera se habían dado que no estaban a solas en aquel lugar.
— Ay Hoseok... —susurró Jimin al ver cómo su amigo abrazaba más a aquella chica. Después de todo, si tuvo la princesa que quería.
Al ver que aquellos ya iban más... "apasionados", sólo tomó la mano de Yoongi para así adentrarse a aquel lugar y cerrar la puerta pues era incómodo ver cómo esos dos casi se comían.
— Él es...
— Sí, lo siento. Es que... —desvió la mirada— Ay que bonita roca, es un toque soberbio. —Sonrió cambiando de tema yendo hasta una escultura que estaba en aquel lugar.
Yoongi en ese momento trató de contener su sonrisa al escuchar aquello, si no estaba mal, era un diálogo de "Shrek", ¿no es así?
Al menos había logrado que ese chico dejara de llorar por algo que ya era difícil de cambiar. Sólo debía hacer que su corazón ya no pensara en Jungkook, y él lo ayudaría en eso.
![](https://img.wattpad.com/cover/302607668-288-k798983.jpg)
ESTÁS LEYENDO
SEÑALES | TAEKOOK
FanfictionLa vida del príncipe Kim Taehyung era bastante buena y normal dentro de la realeza. Este chico era un total prodigio en el ámbito de la música; siendo la clásica su favorita. Pero, ni siquiera él se pudo liberar del cruel destino. No se imaginaba q...