CAPÍTULO 26

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Sábado 4:30 p.m.

Taehyung mantenía su mirada en su reflejo frente aquel espejo. Sentía sus manos sudar un poco. Habrían personas que no quería ver, estarían sus primos con los cuales no se llevaba nada bien y creía que también su abuela.

No estaba preparado para ver a alguien de nuevo desde la muerte de sus padres.

Arregló aquella capa sobre su espalda para luego sonreír, se sentía raro tener ese tipo de ropa y más por todas las medallas en su pecho. Pero había algo que lo hacía querer llorar, y es que... se veía idéntico a su padre.

Quería verlos a ellos dos a sus lados vistiendo tan elegantes y ser él quien los halagara tanto. Era difícil asimilar que ahora sólo era él en ese gran espejo, sin él y sin ella, pero no estaba sólo. 

En ese momento notó la puerta abrirse por lo que se giró lentamente quedándose anonadado. Sus ojos y su boca se abrieron un poco más mientras sentía sus mejillas calentarse cada vez más. ¿Era real lo que estaba viendo?

Por otro lado, Jungkook estaba de la misma forma. Era increíble que esa persona frente a él fuera el mismo chico de unas horas atrás. Se veía tan... hermosamente poderoso. Y ahora que lo notaba, sus trajes tenían los mismos colores, no obstante, por obviedad, el del mayor contenía más accesorios.

Taehyung mostró una sonrisa finalmente. Sin esperar más caminó hasta el adverso para así observar mucho mejor cada parte de su cuerpo, incluso, su cabello ahora era castaño, se veía... muy hermoso.

— Si me vas a manosear al menos invítame a cenar. —Bromeó Jungkook riendo al final.

— Te ves precioso... hasta parece que tú eres el Rey aquí. —Tomó suavemente la cintura adversa.

El menor pudo sentir su rostro enrojecer tan rápido que incluso se había puesto bastante tímido. Él también quería quería lo hermoso que se veía pero estaba aún sin poder asimilar lo que tenía al frente, y que ese chico lo estuviera halagando a él.

— Tú también te ves muy precioso... —susurró con la mirada en el rostro adverso— incluso me es difícil creer que eres alguien real.

Taehyung esbozó una tierna sonrisa para luego sólo acercarse poco a poco queriendo unir sus labios pero justo en ese mismo momento sintió cómo el castaño se alejaba tan de repente. Su mirada se desvió hasta la puerta viendo a aquellos dos hablar entre sí y actuar cómo personas "de la realeza", algo que se le hizo muy gracioso.

— Waa Jungkookie —Sonrió Hoseok— Te ves muy bien, y tú también —señaló a Taehyung— pero no tan guapos cómo yo.

— Ya quisieras, pareces pingüino medieval. —Rió Jimin tapando su boca.

— Exclamó Lord Farquaad.

Jungkook no pudo evitar reír tan fuerte para luego ir hasta aquellos dos y separarlos pues podrían dañar la ropa y ni siquiera habían salido del lugar.

Jimin sólo suspiró y se dedicó a observar detalladamente a su mejor amigo. Su corazón comenzó a latir tan rápido que su timidez apareció en un santiamén, se veía tan hermoso, parecía ser sacado de una pintura y es que... ese tipo de ropa le quedaba tan bien.

— Ya deja de babear. —Susurró Hoseok dando un pequeño golpe al rubio para así traerlo de vuelta a la tierra.

Justo en ese momento el Señor Choi entró. En sus manos llevaba una pequeña caja que se veía bastante lujosa que llamaba la atención de todos aquellos chicos a excepción de Kim.

— Por favor, ¿podrían ir todos a la sala principal? Sus autos ya los están esperando. No pueden llegar tarde. —Informó. 

Todos agradecieron para luego sólo ir detrás de aquel hombre.

Taehyung sabía lo que iban a hacer y no quería. No... no creía merecer aquello. Aún era muy joven para vivir esas cosas y de alguna forma sentía que lo estaban presionando a ser el Rey que todos querían, era su obligación, pero era difícil seguir todo al pie de la letra.

Estando ya en aquel lugar pudo ver a todos los trabajadores en una sola fila con el Señor Choi hasta el frente. Tragó saliva y sólo caminó hasta ponerse al frente de todos aquellos quienes lo veían incluso llorando.

Aquel mayordomo dio unos pasos hasta estar cerca de él, abrió aquella caja y tomó los guantes del padre del adverso para así colocarlos en él y cómo acto seguido, colocar dos de las medallas más importantes. Las medallas que simbolizaban la unión de aquella familia, una medalla hecha por los difuntos Rey y Reina de Corea; los Reyes Kim.

Todos en aquella sala observaban con felicidad aquel momento. Muchos recuerdos venían a sus mentes y sinceramente, todos extrañaban a aquellos dos reyes que los hicieron sentir que eran familia y no sólo sirvientes.

— Por favor, den la despedida al... —trató de no llorar— al Rey Kim Taehyung.

Jungkook fue el primero en inclinarse antes él seguido de Park, Jung y todos los demás presentes.

Taehyung soltó una pequeña sonrisa para luego sólo devolver la reverencia notando que todos estaban llorando, incluso Hoseok.

Luego de unos minutos comenzó a caminar por aquél camino observando a todos los guardias a los costados del camino mientras estaban en posición de saludo. Repito una vez más, era triste que ahora sólo fuera él quien caminara ahí, sin... sus padres.

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Jungkook se asombró al ver por la ventana aquél lugar. ¿Cómo es que nunca supo sobre esos lugares? Sabía que había un palacio por los Reyes pero... no sabía que incluso habían más personas pertenecientes a la misma gama con casas tan lujosas.

— Así que esto es la clase alta, eh. —Habló Jimin observando por la ventana—. ¿Nosotros que clase somos?

— Subterránea. —Respondió Hoseok haciendo reír incluso a los guardias que iban con ellos, pero que al instante volvieron a su seriedad.

Jungkook desvió la mirada hasta el mayor notando que estaba bastante triste. Lentamente fue acercando su mano hasta la de este logrando llamar su atención. Taehyung al instante mostró una tierna sonrisa para luego sólo entrelazar sus dedos meñique sintiéndose distraído por la belleza de su acompañante.

Era lo único que necesitaba. Sólo quería tenerlo a él para olvidarse de que estaría en el mismo lugar que las personas que tanto odiaba.

Pero por otro lado, Jimin sentía que el enojo estaba apoderándose de él, aunque, la tristeza tenía un mayor porcentaje en sus sentimientos ahora. ¿Por qué se tomaban de las manos... frente a él? Nuevamente estaba pensando que todo había sido una mala idea, él no tenía que estar ahí.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora