Jimin observaba nuevamente su teléfono, encontrando noticias sobre aquella pareja que... tanto lo había dañado. Noticia tras noticia, foto tras foto que solo provocaban en él una decepción aún más grande. Era obvio el por qué se habían ido a otro país, el por qué todo era tan secreto y aún más cuando las únicas fotografías donde aparecían eran en aquel bar bailando. El Internet estaba infestado de eso.
— ¿Sucede algo?
Su mirada se dirigió hasta el pelirrojo quien mantenía dos latas de gaseosa en ambas manos.
— Hyung, ya no sé... —suspiró—, ya no sé qué es lo que siento.
Hoseok suspiró y como acto seguido se sentó en la misma banqueta mientras extendía una de las latas.
Llevaba un día estando con él pero... parecía que los sentimientos hacia Jungkook ni siquiera habían cambiado. Por las noches incluso fumaba, era algo que jamás había visto en él, y todo por un... amor que no fue correspondido.
— ¿Sigues pendiente de él? —preguntó sin ánimo—, solo ignoralos. Ya tienen su vida y pueden--
— ¿Si te das cuenta de lo que está pasando?
— ¿Sobre qué?
— Ese idiota seguramente se llevó a Jungkook hasta Italia para poder cogérselo —respondió de forma despectiva—, claro, ya le dio el dinero, ahora falta que le entregue su cuerpo.
—¿Qué? —lo observó perplejo— ¿Y si así fuera?, ¿a ti en qué te afecta? —frunció el entrecejo—. ¿Vas a empezar con esos comentarios tan asquerosos?, creí que estando aquí ibas a curarte.
— ¿Curarme?, Jungkook es mi amigo, no puedo dejar que--
— Pero es novio de Taehyung —interrumpió respondiendo muy frío.
Jimin lo observó por unos segundos para luego solo desviar la mirada hasta la lata entre sus manos. Sus ojos se llenaron de lágrimas y su garganta comenzaba a doler gracias al nudo que se estaba formando. ¿Novio?, ese idiota simplemente se le había adelantado.
— Si sigues así... —musitó Hoseok— no quiero que te acerques a Yoongi.
— ¿Por qué?
— ¿Aún lo preguntas? —frunció el entrecejo—, no quiero que lo hagas sufrir también, siempre que estuvo conmigo se divertía, lo veía... —suspiró levemente— lo veía sonreír tan lindo y... su actitud era tan diferente. No soportaría verlo sufrir por tu culpa.
— ¿Te gusta él?
— ¿Qué? —frunció el entrecejo riendo nervioso—, n-no, claro que no, es solo mi--
— También te gusta... —afirmó.
Hoseok permaneció en silencio sin saber qué decir. No le gustaba Yoongi, ¿o si?
— No... —tragó saliva— él... él te quiere a ti. Es mi amigo, y no dejaré que también lo destruyas, ¿de acuerdo?, fue suficiente con Jungkook como para querer hacerlo con él también.
El menor suspiró profundo mientras observaba el árbol frente a él. Ya había entendido que no iba a poder tener a Jungkook para él pero pareciera que todos querían decírselo siempre. El Internet, las personas, incluso sus amigos.
Todos estaban hablando sobre ellos, sobre que parecían una pareja pero... ¿cómo podría hacer para evitar eso?, ya era muy difícil.
— ¿Qué sientes por Yoongi? —preguntó Hoseok cortando el silencio.
— No lo sé...
— ¿Te gusta?
— Claro que me gusta, es solo que... no puedo amarlo como amé a Jungkook. Créeme que intento desde lo más profundo de mi ser en olvidarlo y verlo como un amigo más pero no puedo —sus lágrimas salieron al fin—, no puedo, Hyung. Tengo... tanto coraje por no haber logrado lo que quería, me siento tan estúpido y... ya no sé qué hacer. No quiero dejar a Yoongi, pero tampoco... puedo amarlo como él merece.
El pelirrojo mantuvo la mirada en él. El enojo se formaba en su interior pero no podía solo decir lo que pensaba. Jimin estaba mal, era claro que tenía depresión y esto no iba a ayudarlo. Necesitaba ayuda profesional, no solo una pareja, necesitaba aprender a estar solo y no depender de nadie más. Solo quería ser amado.
— No te acerques a Yoongi por el momento, por tu bien y por el bien de él —llevó su mano hasta la espalda adversa dando pequeñas palmadas—, quiero que estés bien, no quiero que hagas alguna estupidez solo por... el amor de alguien más.
— No sé qué hacer, hyung —susurró—, quiero olvidarlo, pero tengo algo que... me hace pensar en él y hace que... me lamente por todo.
— Necesitas estar solo.
— No.
— Deberías... ir al psicólogo.
— No estoy loco —soltó una risa sarcástica—, solo quiero--
— Debes ir, y si no vas por cuenta propia, yo te llevaré, y no solo al psicólogo, sino también te internaré.
— ¿Qué? —frunció su entrecejo— eso es estúpido.
— Prefiero que estés ahí a que intentes suicidarte de nuevo. Tú lo ves como una desilusión y ya, pero... ¿qué tal si tu depresión aumentó?
— No tengo depresión.
Hoseok lo observó por unos segundos para luego suspirar. Era obvio que tenía depresión, pero... tampoco lo auto-diagnosticaría, por eso... quería ayudarlo.
Seguramente Jimin creía que no se daría cuenta, pero no... al contrario, fue mucho más notorio. Las heridas en sus nudillos y los cortes en sus muñecas estaban... tan vivos que incluso daba miedo. Por más que quisiera ocultarlo, no podía, y con eso se debía actuar lo más rápido posible.
Ambos siguieron charlando hasta que el grito de la madre del menor sonó, invitándolos a almorzar. Fue ahí cuando Hoseok pudo darse cuenta del otro lado de la máscara. La forma tan rápida en que el ánimo de su amigo cambió, mostrando una dulce sonrisa, un tono de voz más agudo y... cubriendo más su cuerpo con alguna sudadera.
¿Le hacía creer que estaba bien?, podía fingir todo lo que quisiera pero, a él no, y no se quedaría de brazos cruzados hasta que se encontrara en perfecto estado, física y mentalmente. Quería al Jimin de antes, quería... verlo feliz y eso sólo se lograría si Jungkook estuviera con él. Muy egoísta a decir verdad, pero... ¿qué más podría suceder? Estaba atado a un amor no correspondido, a un chico que estaba circulando en todo Internet gracias a su cercanía con el Rey, cercanía que lastimaba.
— ¿Hyung?
— ¿Hm? —salió de sus pensamientos levantando la mirada hasta el adverso.
— Gracias por estar conmigo —sonrió al punto en que sus lindos ojos se cerraran— estaré bien, por mi... y por ti.
Hoseok le dedicó una sonrisa enorme. Se acercó y con suavidad lo tomó entre sus brazos dando un muy confortante abrazo mientras le decía lo lindo que era, con aquella voz aguda mientras intentaba besarlo.
— Hyung, detente —se quejó entre risas.
— Mis padres saben sobre mis gustos, si nos ven así--
— Hijo, quieres que compre--
Aquella mujer se detuvo por unos segundos para luego solo disculparse y salir de aquella sala sintiéndose un poco avergonzada por haber interrumpido aquel momento.
— Te lo dije... —musitó el menor.

ESTÁS LEYENDO
SEÑALES | TAEKOOK
FanfictionLa vida del príncipe Kim Taehyung era bastante buena y normal dentro de la realeza. Este chico era un total prodigio en el ámbito de la música; siendo la clásica su favorita. Pero, ni siquiera él se pudo liberar del cruel destino. No se imaginaba q...