CAPÍTULO 76 - MINI MARATÓN 5/5

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Taehyung suspiró con una enorme sonrisa. Su mirada estaba fija en aquel hermoso paisaje a pesar de que ya era bastante tarde. El cambio de horario siempre sería algo que le molestaría pero, esta vez se sentía bien al saber que seguiría descansando con su novio en aquel penthouse antes de hacer todas las actividades que había estado pensando.

Quiso eso durante tanto tiempo pero, ahora no estaba solo.

Al girarse, su atención fue directa al castaño quien se encontraba acostado en aquella cama aún cansado luego de estar tantas horas en un lugar bastante cerrado.

— ¿Estás bien? —preguntó acercándose hasta la cama.

Me duele la cabeza.

— Puedo escucharte ahora, ¿recuerdas? —rió subiéndose sobre el adverso.

Jungkook abrió sus ojos encontrándose con el hermoso rostro de su novio. Sus mejillas se tornaron rojas al instante y su sonrisa no tardó en aparecer, sintiendo como se "derretía" ante la mirada que aquel chico le daba.

— ¿Entonces por qué sigues viendo mis labios cuando te hablo? —preguntó tímido.

— Porque... —se acomodó al medio de aquellas piernas. Tomó su cintura y lo jaló hacia su cuerpo para no tener ninguna distancia entre ambos—, me gusta verte. Tienes unos labios muy lindos —susurró.

Jungkook soltó una pequeña risa nerviosa. ¿Qué sucedía con él?, parecía que todas sus hormonas se habían despertado al llegar al hotel.

— Vamos a dormir —murmuró tratando de desviar el tema. No le gustaba mostrar su timidez.

— Yo no tengo sueño, debes ayudarme a estar cansado para poder hacerlo —musitó acercándose un poco más.

El menor relamió sus labios inconscientemente. Posó sus manos alrededor del cuello adverso atrayéndolo hasta su rostro en donde ambos pudieron rozar sus labios antes de unirlos en un suave y cálido beso.

Las caricias no tardaron en aparecer. Sus cuerpos se estremecían ante cualquier toque directo en sus pieles haciendo que ambos soltaran pequeñas sonrisas al medio de aquellos besos.

Las respiraciones agitadas iban escuchándose cada vez más y la temperatura parecía subir en cuestión de segundos. El beso aumentaba su intensidad y el roce en ambos cuerpos iba siendo cada vez más notorio; algo que ponía muy nervioso al menor.

— Hyung... —llamó al sentir cómo el susodicho bajaba por su cuello de nuevo— espera, no podemos... —tragó saliva debido a la vergüenza que tenía en ese momento— acabamos de llegar, ¿crees que... sea correcto?

— Si no quieres, puedo entenderlo —respondió quitando parte de su ropa aún estando al medio de sus piernas. El calor ya estaba muy presente.

— No es que no quiera, es solo que... —tapó su rostro con ambas manos— sería mi primera vez... —balbuceó.

— ¿Tu qué?

— Primera vez —repitió, inentendible.

Taehyung frunció su entrecejo. El hecho de tener un aparato no hacía que pudiera escuchar absolutamente todo y menos si eran balbuceos.

— Tu... ¿tu qué? —preguntó riendo levemente— es que no te escucho —musitó apenado.

Jungkook quitó sus manos y mantuvo su mirada en él. Estaba siendo tan difícil hacer contacto visual pero no iba a quitarse, amaba ver la forma en que él observaba cada parte, como si... fuera la primera vez que pasaba.

— ¿Tú quieres hacerlo ahora? —preguntó sintiendo sus orejas más calientes que nunca.

— Uhm... pues... si no quieres y-yo puedo... esperar —respondió nervioso ante la mirada que su pequeño le daba.

Quizás si estaba llevando todo más rápido de lo que debería pero, se sentía tan libre en aquella ciudad que solamente quería dejar su cuerpo fluir, en todos los aspectos. Quería experimentar tantas cosas con su novio, incluyendo las íntimas pero por unos momentos había olvidado que él aún no estaba listo. ¿Estaba siendo muy apresurado?

El miedo y la duda comenzaban a aparecer. Ahora entendía porqué Choi le pedía que fuera más lento y es que... incluso estaba pensando en el matrimonio. ¿Pero qué hay de malo en eso?, ¿era obligatorio llevar años en una relación?, solo quería tenerlo a él como su pareja durante mucho tiempo más pero, ¿qué tal si él no quería eso?

— Lo siento —musitó desviando la mirada— creo que tomaré un baño antes de... dormir de nuevo.

Jungkook lo observó. Notaba aquella expresión preocupada en él y es que desde que aprendió a "leer" todo en él, sabía un poco más sobre el cómo se sentía. ¿Había sido malo?, estaba muy nervioso por el simple hecho de que estaría sin nada cubriendo su cuerpo y esa era una de sus mayores inseguridades, además de que su florecita sería abierta pero, su desnudez le preocupaba mucho más.

— Hyung —llamó poniéndose de pie.

— ¿Si? —preguntó buscando en su maleta la ropa más cómoda posible.

— ¿Si me baño contigo, mi florecita seguirá cerrada? —rió.

— ¿Qué? —sonrió volteando a verlo.

Ni siquiera tuvo tiempo de seguir procesando aquella pregunta. Los labios de su novio ya estaban sobre los suyos de nuevo y... por la forma en que este lo abrazaba, sabía que quería arrinconarlo en la pared pero, era mucho más fácil ponerlo a él con solo tomar su cintura. Jungkook podía verse como un chico grande y rudo pero, a la hora en que ambos estaban juntos, el dominante era él.

— Me bañaré contigo.

— ¿Lo harás?

— Si vas a tocarme, necesito estar limpio, ¿no crees? —sonrió tomando la iniciativa en ir hasta la ducha—. También te ayudaré a ti con lo tuyo —alzó un poco la voz.

Taehyung suspiró y sonrió hasta perderlo de vista. Su mirada bajó lentamente hasta sus pantalones notando aquella "elevación" en cierta parte, algo que lo hizo avergonzarse mucho más de lo debido pues... en aquel abrazo, era muy evidente que su novio también lo había sentido.

Jungkook era experto en ponerlo de esa forma con tan solo un par de besos y caricias. Quizás era por la falta de tacto durante tantos años pero, lo que era muy obvio es que solamente pasaba con él.

Sin esperar más caminó hasta la ducha.  Fue despojando su ropa en el camino y al estar frente aquel vidrio que encerraba la ducha, se detuvo. Su corazón comenzó a latir cada vez más rápido y su rostro elevó su temperatura. Su mirada se fijó en el cuerpo adverso y... parecía que la electricidad corría por todas sus venas.

Lo había escuchado decir tantas veces que odiaba cada parte de él pero... ¿las amaría si le enseñaba que cada una de ellas era perfecta? Porque estaba dispuesto a hacerlo cuantas veces fueran necesarias para hacerle entender que su cuerpo era la definición exacta de perfección.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora