CAPÍTULO 80

344 54 2
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





El dolor fue cada vez más fuerte pero, de alguna forma, comenzaba a ser placentero. Su cuerpo estaba experimentando algo que nunca creyó, algo que... estaba fuera de sus expectativas y que hasta ahora había notado que había cierta parte de esto que le gustaba. Claro, con el tiempo todo iría más suave, más excitante;  ahora lo único que sentía era dolor pero, gracias a su novio, podía distraer aquello.

Al cabo de unos minutos, los dedos finalmente salieron luego de que su dilatación fuera la correcta. Estaba tan nervioso pero desesperado a la vez, ¿le gustaría ser "el de abajo"?, ¿o quizás Taehyung lo sería?, ¿los dos?, no lo sabía, pero después de aquella noche tendría una respuesta a aquellas preguntas.

— ¿Estás listo? —preguntó el susodicho mientras llenaba de lubricante su miembro.

El menor sintiendo hasta sus orejas calientes, asintió. ¿Debía ser en aquella posición? Estaba mostrando tanto que era vergonzoso. Nunca pensó que él sería el que estaría en cuatro, pero ahora solo se encontraba apretando la almohada bajo su rostro esperando a su chico.

— Bien... —Taehyung acarició aquella zona con la punta de su miembro—, si duele mucho, dime, ¿de acuerdo?, no quiero lastimarte.

El adverso asintió de nuevo.

Kim se posicionó y con algo de nervios fue entrando poco a poco logrando escuchar los quejidos adversos. Posó sus manos sobre las caderas del castaño y fue entrando hasta que aquel pequeño llevó su mano hasta la de él dando un leve apretón indicando que se detuviera.

— ¿Estás bien? —preguntó preocupado.

— Duele mucho —gimoteó arqueando su espalda— d-duele demasiado.

— ¿Quieres que--

— No —interrumpió tomándose unos segundos en silencio—, ya estoy bien.

El mayor permaneció atento a su novio, por lo que, para poder tranquilizarlo acarició su espalda, cintura, caderas y glúteos, siendo estos últimos tan tentadores de dejar su mano marcada en su piel pero, no, aún no era momento para eso. Sin más, volvió a mover sus caderas suavemente hasta que la mayor parte de su miembro estuviera en el interior de su chico.

Se sentía tan apretado y cálido ahí dentro. Tenía tantas ganas de ir más rápido, quería poder escucharlo gemir de placer pero sabía que al ser la primera vez, sus gemidos no eran al cien por ciento de tal sentimiento, sino, de dolor.

Por otro lado, Jungkook estaba maldiciendo en su interior. Sus ojos se habían llenado de lágrimas, su rostro estaba completamente rojo y su cuerpo estaba tan tenso que no podía dejar de pensar en el dolor que estaba viviendo. Sus piernas temblaban, sus manos apretaban más aquella almohada al igual que sus dientes mientras trataba de no ser tan audible para que Taehyung no se detuviera pues, no quería arruinar aquel momento.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora