CAPÍTULO 14

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Al llegar al hogar de Kim, ambos caminaron hasta la habitación en dónde él peliazul dormiría. Esta era tan grande, lujosa y... muy bonita. Jungkook se sentía en una película al estar en aquel lugar aunque el recuerdo de lo que había pasado lo hizo entristecer de nuevo.

Se sentía tan apenado. Sabía que en algún momento, tal y cómo muchas veces en el pasado, terminaría llamando a su amigo en la madrugada llorando pidiéndole que ya no se volvieran a separar. Siempre eran peleas tontas pero no sabía si esta vez sería lo mismo. Taehyung no tenía nada que ver en eso pero... de igual forma recibió.

— ¿Seguro que estás bien? —preguntó poniéndose al frente del castaño para así llevar su mano hasta la mejilla adversa—. Por suerte no fue nada fuerte... —suspiró—. Lamento lo que pasó.

— ¿Por qué te disculpas tú?

— Porque... —Llevó su mirada hasta los ojos adversos para así hacer contacto visual por unos momentos— fue mi culpa que te lastimara. Si yo... hubiera sólo regresado antes y no hubieras ido, nada de esto pasaría.

— Pero no fue grave, entiendo que... esté ebrio, todos actuamos mal. —Sonrió llevando su mano hasta el cabello del menor para así acomodarlo detrás de su oreja.

— Lo siento.

En ese momento Taehyung se quedó quieto viendo hacia el frente. Sus mejillas junto a sus orejas comenzaron a calentarse y a tornarse en un hermoso color carmesí. Sin esperar más correspondió a aquel abrazo que... por lo visto, ambos necesitaban mucho, pero en especial Jungkook.

Luego de unos minutos se separaron, la media noche ya había llegado por lo que ambos se dispusieron a descansar luego de aquel largo día.

Por otro lado Jimin también se fue a dormir al departamento del pelirrojo pues era el que estaba más cerca de dónde estaban. La ebriedad poco a poco fue pasando pues fue el susodicho quien le dio un poco de comida para que saciara su "ansiedad" al alcohol y pudiera tranquilizarse.

Luego de tomar un baño con agua fría, estaba en aquella cama viendo hacia el techo. Nunca había visto a Jungkook de esa manera, defendiendo... a alguien más que no fuera él o sus demás amigos. Quizás si había llegado muy lejos al golpear a aquel chico pero... en ese momento sólo se había dejado llevar por los celos y el coraje que no pensó en las consecuencias.

Estaba arrepentido. Quería volver a recuperar a su amigo pero sólo lo estaba alejando cada vez más. Debía hacer algo pronto o sino lo perdería para siempre.

Estando ya completamente cansado cerró sus ojos y en cuestión de segundos se quedó profundamente dormido.

8:45 a.m.

Park sentía que su cabeza iba a estallar en ese mismo momento. Estaba tan cansado por lo que había pasado el día anterior. Se estiró en aquella cama y lentamente volvió a cerrar sus ojos esperando conciliar el sueño pero en ese momento, su teléfono sonó.

— ¿Quién es? —preguntó balbuceando.

Sus ojos se abrieron de par en par y cómo acto seguido se sentó. Observó la hora en su teléfono y sin decir nada más se puso de pie para así ir a lavarse la cara al igual que sus dientes. Colocó ropa limpia, tomó sus cosas y sin más qué esperar salió corriendo directo a la universidad.

En el camino se había repetido muchas veces lo estúpido que era por haber bebido tanto el día anterior cuando justo el siguiente tenía un examen importante. Ni siquiera había estudiado por lo que esperaba al menos sacar un 5, no quería reprobar y menos por algo que fue su total culpa.

Al cabo de unos 20 minutos llegó corriendo. Tomó asiento luego de llevarse algunas miradas pero había una que ni siquiera le había prestado atención. Suspiró y quitó su mochila buscando algún bolígrafo o lápiz. Al volver su mirada hacia su escritorio para comenzar el examen sólo llevó sus manos hasta su rostro "restregando" un poco sus ojos.

Se puso de pie y caminó hasta el profesor quien con una mirada seria le dio aquellas hojas.

— Llegas una hora tarde, Park.

— ¿En serio? Si no me dice no me doy cuenta. —Sonrió irónico para luego sólo tomar las hojas y volver a su escritorio. 

Al ver aquellas letras sintió que iba a morirse ahí mismo, su cabeza dolía demasiado. Su vista aún no estaba acostumbrada a la luz y su cuerpo se sentía cómo si un camión hubiese pasado sobre él. No estaba listo para todas aquellas preguntas en su examen.

Habían pasado ya 30 minutos y a penas había respondido 5 de 100. Estaba tan frustrado y la ansiedad lo invadía al ver a los demás comenzar a entregar sus exámenes e irse.

Hizo un leve puchero y sólo puso sus brazos en la mesa para luego recargar su rostro al medio de ellos. Estaba a punto de llorar y no le importaba si lo veían. Estaba acabado.

En ese momento escuchó un pequeño golpe a su izquierda por lo que levantó la mirada. Una pequeña hoja con las respuestas estaba hecha bolita frente a él por lo que sonrió. Al girar para ver quién había dejado aquello su sonrisa desapareció y sus ojos sólo se llenaron de lágrimas al ver aquella cabellera azul alejarse hasta perderse de su vista.

— Jóvenes, quedan 30 minutos. —anunció aquel hombre.

Sin pensarlo más comenzó a copiar las respuestas sin ser visto. Sentía la adrenalina correr por su cuerpo, estaba a contra tiempo así que debía ser rápido además de no dejarse ver.

Al finalizar levantó la mirada notando que solamente quedaban 3 contándolo a él. Suspiró y se quedó observando al otro chico ir a dejar sus hojas. Tragó saliva y apretó aquel lápiz, se puso de pié y caminó hasta el viejo con cara de pocos amigos.

— Oye, disculpe, no sabía qué estábamos en un museo. —Observó al susodicho 

— Claro que no estamos en un museo... —respondió confundido.

— Entonces, ¿qué hacen estas dos obras de arte aquí? el primero soy yo y el segundo, ¡este examen! —exclamó dejándolo en la mesa con una leve risa al final.

Sin más que decir acomodó sus cosas y salió corriendo de aquel salón. Ese video en YouTube si que lo había ayudado. Aquel profesor se había quedado mucho más confundido que antes. Sin duda alguna Park era uno de los estudiantes más raros que había conocido.

Por otro lado, Jimin seguía riendo mientras corría hasta que su cuerpo ya no pudo más. Aún faltaban unos minutos para ir a su segunda clase pero antes quería ir a hablar con Jungkook, quería pedirle perdón por haber sido tan tonto y dejarse llevar por el alcohol.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora