CAPÍTULO 58 | MARATÓN 1K DE SEGUIDORES | 5/13

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4:30 am

El sonido del teléfono cada vez era mucho más molesto. Podía escuchar el eco en sus sueños hasta que por fin abrió sus ojos dándose cuenta de que sí, en realidad lo estaban llamando.

Con los ojos entrecerrados, lo tomó. Su entrecejo se frunció un poco al recibir la fuerte luz pero, la confusión apareció cuando el nombre de aquella mujer estaba en la pantalla.

— ¿Hola?

El sueño pareció esfumarse en cuestión de segundos. Su corazón se aceleró y sus ojos se llenaron de lágrimas. El miedo lo invadió y, sin esperar más, se puso de pie comenzando a ponerse sus tenis.

Dio una última mirada a Taehyung quien aún seguía dormido así que, no quiso molestarlo.

Tomó las llaves y, como si estuviera en una competencia, corrió lo más rápido hasta el garaje en dónde, sin pensarlo, sacó el auto para así ir directo a su anterior departamento.

— No puede ser, n-no puede ser... —susurró sintiendo incluso sus manos temblar.

Aquella mujer le había hablado tan asustada pidiéndole que fuera con él, pero, la palabra que más se marcó en su mente fue "suicidio", siendo ahí el momento en su corazón se apretó tan fuerte y, los recuerdos de haber perdido a Yugyeom, volvieron. No iba a dejar que Jimin lo hiciera, esta vez... no iba a ser cobarde y haría lo posible. Esta vez no dejaría morir a nadie.

A los pocos minutos, llegó a aquel lugar.  Colocó el código en aquel aparato y, nuevamente corrió hasta aquel departamento temiendo de lo que iba a encontrar.

El ruido de sus tenis rechinando con el suelo, alarmó al guardia quien pensando que se trataba de intruso, salió corriendo detrás de él pero, al darse cuenta de quién se trataba, sintió algo de enojo. No habían pagado el alquiler del lugar ¿y aún así estaban molestando a tan tempranas horas de la mañana?

— ¡Hey! ¡Jeon, detente! —alzó la voz, alarmando a todos los vecinos.

Jungkook no prestó atención alguna y sólo se dedicó a tratar de abrir aquella puerta de la cual, no había llevado llaves.

— ¿T-tiene la copia de la llave? —preguntó exaltado— por favor, abra la puerta.

— ¿Viene borracho? Por favor no arme un revue--

— ¡Abra la maldita puerta! —alzó la voz sintiendo bastante enojo y miedo al mismo tiempo— Jimin está ahí adentro —sollozó— por favor, Jimin pudo cometer alguna locura, por favor ábrame —pidió una vez más.

Aquel hombre al ver el desespero del chico, cedió, pero, las llaves no estaban ahí.

— Iré por la llave —respondió yendo a su oficina de nuevo.

Jungkook sintió tanta impotencia y desesperación que, sin importar si hacía ruido, empezó a forzar la puerta al punto en que comenzó a patearla con tanta fuerza que logró quebrar la cerradura. 

Fue ahí cuando se adentró buscando a su amigo por todas partes hasta ver la luz en el baño. Se acercó y en ese momento... su corazón dolió como nunca antes.

Sus lágrimas incrementaron y, sin importarle qué había pasado entre ellos, fue hasta él para así arrodillarse pidiéndole que lo viera a los ojos pues este seguía tan desconcertado y con tanto miedo que no pensaba abrirlos.

— J-jimin, soy yo, Jungkook, estoy aquí, mírame —musitó posando sus manos sobre él.

— No es real... —susurró para sí mismo— está pasando de nuevo, no es real.

— Soy yo... por favor, mírame —pidió entre lágrimas— estoy aquí, dime que no te hiciste daño por favor —habló tomando sus manos buscando alguna herida pero, por suerte, no había nada más que un pequeño rasguño.

Fue ahí cuando Jimin finalmente abrió sus ojos con algo de dificultad y... sí, era Jungkook. 

Sin pensarlo ni un segundos, se abalanzó sobre él para así abrazarlo mostrándose tan asustado pidiéndole que no se alejara, que tenía mucho miedo, además de confesarle que sí, estaba a punto de quitarse la vida pero que, el temor fue más fuerte y, le impidió hacer aquello.

— Eres un idiota —balbuceó abrazándolo un poco más— Eso fue muy estúpido, hyung —sollozó— ¿Qué hubiera hecho si te vas?

— Perdóname, por favor, perdónenme por lo que les hice —habló aún estando un poco en shock— perdónenme —repitió.

Jungkook en ese momento mordió el interior de su labio tratando de no llorar mucho más pues, eso podría asustarlo mucho más y en las condiciones que estaba, eso no era bueno. Estaba tan delgado y demacrado que... daba miedo.

— Ven, te llevaré al hospital —musitó haciendo un poco de fuerza hasta poder levantar al mayor.

— Aquí están las... —aquel guardia se quedó boquiabierto al ver la puerta destruida.

Al ver cómo aquellos dos se aproximaban, comenzó a decirle a todas aquellas personas que estaban fuera de sus habitaciones que volvieron a meterse pues, sabía que un momento como ese... no podían verlo los demás. Por la salud e integridad de Park y Jeon.

Después de todo, seguía manteniendo afecto a aquellos dos chicos.



3 horas después


Jungkook suspiró manteniendo la mirada en aquel chico sintiéndose bastante extraño.

Por suerte no había hecho ninguna tontería pero, su condición física y mental parecían estarle haciendo tanto daño. ¿Desde cuando estaba así?, habían discutido... dos o tres días atrás pero, ¿por qué se veía tan mal? Era como si hubiese estado en esa situación durante semanas, daba mucho miedo.

En ese momento, sus pensamientos se esfumaron al ver a aquellos dos adultos adentrarse a la habitación con total miedo y tristeza al ver a su hijo en aquella camilla.

— Mi niño... —susurró la mujer— ¿Qué sucedió? ¿Si se hizo daño? —preguntó rápidamente al castaño.

— No, no, sólo... tuvo un ataque de ansiedad y pánico —respondió algo nervioso— el médico dijo que sus defensas estaban muy bajas y que la fiebre era de más de 40 grados —explicó— mencionó que llevaba así dos días seguidos y que no se alimentaba bien, incluso... Jimin dijo que había estado vomitando, eso le causó unas pequeñas heridas en su garganta pero, no son tan graves. Además... —suspiró— parece que se hizo daño así mismo —tragó saliva.

Jungkook mantuvo la mirada en el suelo al ver a aquellos dos llorar mientras observaban a su hijo tomando sus manos.

— Lo siento mucho... —susurró— fue mi culpa.

Aquella mujer despegó la mirada de su hijo al fin para así llevarla hasta el otro pequeño quien ya se encontraba llorando cabizbajo.

Sin decir nada se acercó a él y lo abrazó comenzando a consolarlo diciéndole que no había sido su culpa, que Jimin era muy terco y difícil de tratar muchas veces pero, nada de eso había sido por él.

Su hijo necesitaba madurar y aprender a no depender de otro chico. Su hijo necesitaba irse de aquel lugar, volver a casa y sanar con ayuda de sus padres.

Pero aún así, la culpa seguía pareciendo ser de Jungkook.

Él lo creía así.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora