CAPÍTULO 46

483 88 91
                                    

Un paso, fue solamente un paso fuera cuando la respiración parecía faltar. Las luces de aquellas cámaras lo mareaban mucho más y los nervios lo invadían.

Podía observar a los guardias detener a aquellas personas que querían ir hasta dónde él se encontraba, veía cómo todos se amontonaban y eso no ayudaba para nada pues su pánico incrementó, pero... debía fingir que estaba bien.

Mostró una cálida sonrisa para luego sólo caminar hacia al frente saludando cómo si nada malo ocurriera; al menos agradecía no poder escuchar nada aún pues estaba seguro de que los gritos eran mucho más estresantes.

Al avanzar un poco más, todo se calmó, las personas eran más tranquilas y los paparazzis habían sido retirados por ordenes del señor Choi quien también lo acompañaba.

Mientras caminaba podía ver aquellos guardias muy bien vestidos mostrando total respeto hacia él hasta que pudo notar cómo algunas personas estaban siendo removidas de sus lugares de una forma muy brusca y entre esa multitud habían ancianos, niños y mujeres embarazadas por lo que actuó rápidamente dando una orden de que los dejaran en paz ya que ellos habían estado esperándolo desde muchas horas antes para tener un buen lugar.

Jungkook (quien iba detrás de él cómo parte de su "equipo") no pudo evitar sonreír al ver cómo su pánico había desaparecido en cuanto algo no le gustó. Observaba cómo iba hasta aquellas personas saludándolas muy de cerca e incluso dejándose abrazar y besar en la mejilla.

— ¡Su majestad! —exclamó uno de los niños quienes se acercaban a él— ¡Rey Taehyung-ssi! —llamaba con una sonrisa pero, ésta se desvaneció al no poder obtener la atención del susodicho.

En ese momento, cuando él estaba por irse, al medio de su camino pudo sentir cómo alguien lo abrazaba por detrás. Al no haberse dado cuenta que alguien iba tras él, se asustó pero, inmediatamente ordenó a sus guardaespaldas que no hicieran nada.

Bajó la mirada y aquel niño seguía manteniendo una hermosa sonrisa mientras que sus ojos brillaban cada vez más por tenerlo a él entre sus brazos. Una escena bastante conmovedora que captó la atención de todo el mundo pues nadie podía tocar al Rey a menos de que él se acercara a tales personas.

— Yo le traje esto —Extendió un oso que tenía sobre su cabeza una pequeña corona color dorado— gracias por... —pensó— cuidarnos, gracias, muchas gracias. —Sonrió abrazándolo un poco más.

— ¿Me lo darás? ¿No te gustaría quedártelo tú? —mantuvo una sonrisa mientras acomodaba el cabello del menor quién negó— muchas gracias a ti, nadie me había regalado un peluche. — Sonrió.

¡Jumin, ven ya, mi amor! —llamó su madre desde detrás de aquellas barras que permitían que nadie pudiera sobrepasar hacia el otro lado.

Taehyung al ver cómo el menor se despedía con una reverencia para luego irse; sintió su corazón apretarse ante tan lindo acto. Era lindo convivir con niños y llevaba mucho tiempo de no ver a uno tan cerca de él, incluso, había olvidado cómo sonaban sus pequeñas voces. Pronto... podría volver a recordarlas de nuevo y estaba seguro de que no iba a olvidar a este pequeño.

Suspiró y sin más qué esperar siguió su camino pero ahora con un oso entre sus manos. Estaba seguro de que al no poder tomar la mano de su novio para calmar sus nervios, aquel peluche sería una gran ayuda.

——

Estando frente aquellos altares sintió un nudo en su garganta. Estaba sólo ahí con ellos, no quería llorar pero, era muy difícil.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora