CAPÍTULO 68

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Al día siguiente

Jungkook terminaba de vendar de mejor forma aquella parte en la cabeza de su novio para luego cubrirlo con un gorro además de las orejeras. Estaba haciendo mucho frío así que, eso le vendría muy bien.

Por otro lado, Taehyung mantenía la mirada en un punto fijo de la chaqueta adversa sin decir absolutamente nada mientras que en su mente miles de preguntas aparecían a cada instante.

No sabía la razón del por qué aquella mujer estaría buscándolo luego de que la había echado del altar de sus padres. Estaba seguro de que nada bueno estaba por pasar y eso... le daba tanto miedo. Sabía controlarse muy bien ante ella y su demás familia pero no podía evitar enterrar sus uñas en las palmas de sus manos cada vez que estaba tan estresado.

Nada estaba mal, todo en el país estaba en orden, no había... escasez de nada, todos recibían la ayuda necesaria, los nuevos centros de ayuda estaban por culminar su construcción, todo estaba bien, ¿por qué quería verlo ahora?, por qué... cuando él estaba a tan sólo semanas de su cumpleaños número 24. Algo estaba tramando, y eso... eso en verdad lo aterraba.

¿Todo está bien? —preguntó Jungkook logrando llamar su atención al fin.

Taehyung desvió la mirada hasta aquellos grandes y hermosos ojos. Observaba con detalle cada uno de sus rasgos y es que, al hacer contacto visual creía entrar en una especie de barrera dónde todo a su alrededor se borraba siendo sólo ellos dos.

¿Te duele algo? ¿Lo apreté mucho? —siguió preguntando bastante preocupado por no recibir respuesta alguna.

No obstante, en ese momento, Taehyung con delicadeza tomó su mentón mientras que con su otra mano rodeaba la cintura de este mismo, siendo así una invitación para estar cada vez más cerca, algo a lo que Jungkook no se resistió en lo absoluto.

Poco a poco sus respiraciones comenzaban a chocar entre sí, sus labios rozaban y sus ojos cada vez fueron cerrándose hasta que por fin pudieron besarse. Siendo ese uno de los tantos besos únicos para Kim pues, encontraba tanta paz cuando estaban de aquella forma, él lograba... borrar todos sus malos pensamientos sólo con un beso.

Quería quedarse ahí, volver... a sentir el cielo junto con él, pero, lastimosamente, debían permanecer ahí hasta que aquella mujer llegara. No quería verla, quería estar con él, quería olvidar las cosas con él, quería... sentirse bien; pero las cosas nunca eran como él quería.

Poco a poco fue llevándolo hasta la pared en donde sin pudor alguno fue metiendo una de sus piernas al medio de las del menor. Sus manos fueron acariciando su cuello hasta llegar a su cintura en donde -sin importarle si "arruinaba" el perfecto traje de su novio- introdujo su mano logrando erizar su piel gracias a lo fría que estaba.

Jungkook sabía que no podía ir más allá que un beso pero, sinceramente, no quería que se detuviera y no sólo por el hecho de que estarían juntos sino, porque podía notar que él aún no estaba preparado para salir y confrontar a su familia. Quizás... era una manera de distraerse pero, era difícil mantenerlo.

— Joven Jeon, por favor dígale a su majestad que la señora Kim Eun-Yeong ya está en la sala de estar —Hablaron por detrás de la puerta.

— ¡S-sí! ¡Gracias, en un momento bajamos! —respondió nervioso pensando que abrirían la puerta.

Al escuchar los pasos alejarse, colocó sus manos sobre el pecho adverso separándolo un poco pues, ya no podían seguir más.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora