CAPÍTULO 51

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3:00 p.m.

Yoongi con un poco de timidez solamente observaba a Hoseok terminar de arreglar aquellos canastos donde el pan recién hecho se guardaba.

Su familia era justamente igual a él, parecían... no conocer lo que era la tristeza y, en su lugar, vivir desde una perspectiva llena de amor, felicidad y... paz. Una verdadera familia que a pesar de no ser tan adinerada, se mantenía muy bien; era lindo saber que todos compartían las mismas vibras.

— ¿Estás bien, cariño? —habló la madre de Hoseok acercándose a Min— toma, será un viaje largo así que, si tienes nauseas, esto te ayudará. —Sonrió entregando unos dulces de menta.

— Muchas gracias —sonrió dando una leve reverencia— ¿necesita que le ayude con algo?

— Oh, no, no, todo está listo. Eres muy amable. —Agradeció aún mostrando aquella sonrisa que los identificaba mucho a todos.

Al asegurarse de que todo estaba bien, subieron al auto.

Aquel azabache podía sentirse bastante cómodo con aquella familia, era... extraño verlos tan unidos cuando él creció completamente solo. Su familia no era para nada amorosa, en su lugar, preferían demostrar poder incluso entre ellos.

Su mirada permanecía en aquella familia que, como ya era común en ellos, hablaban de distintas cosas con el fin de hacer sentir cómodo a su nuevo invitado.

— ¿Hacen esto siempre? —preguntó curioso.

— Si, bueno, unas tres veces al mes. Es caro y difícil llegar a esos pueblos así que... aunque quisiéramos, no podemos ir tanto.

— Papá y Mamá regalan el pan —Añadió Ji-woo, la hermana mayor de Hoseok— nosotros fuimos una vez de viaje a esos pueblos, cuando él y yo éramos niños —hizo referencia a su hermano— y ahí vimos... a muchas personas muy mal de economía.

— Ah... —suspiró— recuerdo que los dos comenzaron a llorar al ver a los niños jugar con rocas en lugar de una pelota —habló su padre— los hubieras visto. Incluso... entregaron parte de su comida a ellos, son muy buenos chicos.

— Desde ese entonces, cuando tenemos una cantidad grande de comida, en este caso, pan; vamos a dar a esos pueblos. El gobierno siempre los deja de lado, aunque claro, reciben apoyo del Rey pero, creemos que una pequeña ayuda más, no haría daño. —agregó la madre.

— ¿Obtienen dinero sólo del pan? —preguntó sorprendido Min.

— Ji-woo tiene una floristería, y a veces ella no regala un poco de dinero; Hoseok trabaja en una cafetería en sus tiempos libres, es... un orgullo tener a ambos como hijos. —Musitó el padre.

— Todo lo aprendimos de ellos —respondió Hoseok algo avergonzado por los halagos de sus padres— aunque, yo sigo buscando alguna señora millonaria de 80 años para enamorarla y quedarme con su fortuna. —Bromeó.

Todos en aquel auto comenzaron a reír, incluso Yoongi quien, ni siquiera con amigos, se había sentido de esa forma. Se sentía... como si estuviera... en casa.

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La música era bastante relajante, el viento era cada vez un poco más frío debido al atardecer y... las vistas eran preciosas.

SEÑALES | TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora