Capítulo 5

311 23 2
                                    

Narra Rubius

Bien, ahora que por fin he terminado con esa hija de puta que tenia por novia, es hora que hablar con _____.

-Cojelo, cojelo..nada me cago en todo lo cagable.-dije mientras quitaba el móvil de mi oreja.- He sido un gilipollas y ahora no me coje el teléfono-di un puñetazo a la pared.

-¿Por que no vah a su casa?- un Mangel preocupado se asomó por la puerta.

-No me abrirá, no quiere verme-dije apenado- me odia.

-No te odiah Rubiuh, solo está enfadada, y eh normal. Se le pasará.

-¿Y si no se le pasa? ¿Y si nunca me perdona? ¿Y si no vuelvo a verla nunca?

-No te rayeh Rubiuh, todo va estah bien.

-No lo sé Mangel...

-Ya verah como sí. Hoy salimoh de fietah y que se te olvide un poco todo.

-De acuerdo.

Narra _____

-Cielo, ¿puedo pasar?-dijo Sara, abriendo la puerta de mi habitación. No contesté.- Tienes que alegrarte un poco.

-¿Para que?

-¡Por tu salud, _____! ¡Ya estoy cansada de verte así solo porque un idiota con novia intentó ligar contigo! ¡Vaya estupidez!

-¡Callate, tu no sabes nada!- al segundo me arrepentí de haber dicho eso.

-¡TE GUSTA! ¡TE GUSTA RUBIUS!

-¡NO!

-¡SI!

-¡NO!

-¡SI!

-¡BUENO, QUIZAS UN POCO!

-¡LO SABIA!

-Cállate.

-Bueno, pero si te gusta, y el te ha llamada mil veces, ¿por que no le perdonas?

-Porque él tiene novia.

-Eso no será para siempre, y tu le interesas.

-Da igual, ahora la tiene. Y yo estoy sola...

-Estás sola porque quieres. Mira, hoy salimos, te buscas a uno guapo y te lo traes a casa. ¿echo?

-No lo sé..

-Irás.

-Bueno, de acuerdo.

Narra Rubius

-Tíoh, ¡venga, vamoh! ¡que ya son lah onceh!

-Ya voy.

-Jodeh tíoh, alegrate un pocoh.

-No puedo tío.

-Yah verah que con unah copah se te pasah.

-Necesitaré muchas entonces.

-Ningún problema para pagarlas, partner money bitch.

Reí por su comentario.

Narra _____

-¡_____! ¡Estás preciosa cielo!

-¿De verdad?

-¡Obvio! ¿Crees que te mentiría?

Yo llevaba un vestido ajustado por debajo de culo, la parte de arriba era un escote push-up con una tela transparente. La verdad es que iba algo provocativa, pero me da igual. Yo solo quería pasármelo bien un rato.

Narra Rubius

Me puse mi gorra y mi camiseta favoritas, y con Mangel salí para zoo.

En cuanto llegamos me pedí tres chupitos y me los tomé al instante.

-No deberíah empezáh tan rápidoh a bebeh.

-Tú no me dices lo que tengo que hacer.

-Buenoh valeh, pero no seas borde y no te paseh, me voy que ah venioh Cheeto, ¿puedoh dejateh soloh?

-Pues claro que sí Mangel-dije ofendido, y seguí bebiendo como si me fuese la vida en ello.

Narra _____

No había ido mal la noche. Había conocido a un chico súper majo, Carlos, y me había ido a dar un paseo con él.

-Todavía no te lo he dicho, pero esta noche estás preciosa.

Me sonrrojé.

-Muchas gracias-sonreí- tu también estas genial.

-No compares- dijo acercándose mucho a mí, agachando su cabeza, y acercando su boca a la mía.

-Tú, quitah tus asquerosas manos de mi chicah.-Un Rubius mucho más borracho que la última vez apareció y separó a Carlos de mí.

-¿Tú que dices de mi chica, subnormal?

-Lo que oiste, es mía.

-Más quisieras.

-Retira eso, gilipollas.

-Obligame.

Rubius estada muy cabreado, nunca lo vi así. No sabía que hacer.

De repente, Carlos estaba en el suelo con la nariz sangrando, y Rubius encima de este dándole puñetazos. En un momento, era Carlos quien le estaba pegando. Estaba muy asustada. ¿Que iba a hacer? Le estaban pegando a Carlos por mi culpa.

¡No quiero volver a verte cerca de ella! ¿Me oíste, hijo de puta?-dijo Rubius, levantando a Carlos del suelo y tirándolo hacia un lado.

Carlos se fue, y yo quise ir tras él, pero la mano de Rubius me lo impidió.

-Tu no te vas.- dijo y me empujó contra una pared.

-Dejame irme, por favor...

-No, vas a dejar explicarme. Se que he sido un idiota, ¿de acuerdo? Llevo estas dos semanas sintiéndome el mayor hijo de puta del mundo. Pero ya he dejado a mi novia. Ya no siento nada por ella. Tú... tú eres quien me gusta. Por favor, perdoname.

-Rubius, yo...

Se acercó a mi boca lentamente, hasta que entre nosotros no hubo ningún espacio. Y me besó. Fue un beso lento, pero apasionado. En un momento, dejó de sujetarme los brazos y colocó sus manos en mis caderas. Yo, por mi parte, llevé mis manos a su cuello, acariciando suavemente su pelo. Hace 30 minutos lo odiaba, y ahora lo estaba besando. Y lo peor de todo: quería seguir besándolo.

Historia youtuber. (ElRubius & you)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora