Subí en el avión pensando en todo lo que estaba a punto de dejar allí. Pero sobre todo pensé en Rubén. Pensé en él hasta quedarme dormida.
Una de las azafatas me despertó avisándome de que el avión había llegado a su destino.
Bajé y cogí mis maletas. Me dirigí al apartamento que la universidad me había cedido, en el medio de Londres.
Me instalé y visité la ciudad, pero no podía evitar ponerme triste. ¿Que ocurre si acabo de dejar escapar al amor de mi vida? Él pronto encontrará a otra con la que sustituirme fácilmente.
Narra Rubius
La vi alejándose hacia la puerta de embarque. No pude evitar llorar, llorar mucho. Hubiese dado todo por irme con ella o conseguir que se quedara. Pero no. Ella estaba cumpliendo su sueño, y yo sólo era un obstáculo en el camino.
Caminé a casa con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos. Abrí la puerta de mi departamento y me metí directamente a mi cuarto. Tenía que grabar, pero sinceramente ni jugar me apetecía. Y menos aún reírme. Creo que dejaré de subir vídeos por un tiempo.
-¿Puedoh pasah?- Mangel llamó a mi puerta.
-Siempre eres bienvenido aquí Mahe.- dije con tono triste. -Pero no te enrrolles mucho, quiero estar solo.
-¿Comoh lo llevah?- se sentó al borde de mi cama, yo estaba sentado en la silla del escritorio.
-¿Como llevo el que? ¿La ruptura con mi novia? ¿Que no la volveré a ver en dos años? ¿O que dentro de poco encontrará a un inglés mil veces mejor que yo y me cambiará, y nunca más podré volver a besarla? ¿A eso te refieres?- golpee la mesa y apoyé mi cabeza en ella, dándome un pequeño golpe voluntario.
Se levantó y me puso la mano en el hombro.
-La olvidaráh...- me obligó a ponerme de pie.
-No Miguel.- lo miré a los ojos fijamente, era la primera vez que lo llamaba así. -Nunca la voy a olvidar, ese es el problema.
-Te enamorahte.
-Es mucho más que eso.- sonreí melancólico.- Hace dos horas que no la veo y siento que me falta algo, me falta ella.
-Buhcate a unah mejóh.- dijo mientras se iba.
-No hay nadie mejor.- sonreí con la cabeza gacha y él cerró la puerta.
*Una semana después*
-Buenoh díah Rubi... ¡¿peroh queh?! Tíoh ehtah en la mierdah. Literalmente, duchateh.
-¿Para que? No pienso salir de casa.- saqué una cerveza de la nevera y la abrí.
-¿Hoy tampocoh? Tíoh, eh sábadoh.
-Sí, el día en el que hace una semana que _____ se fue.- sonreí falsamente. -Estaré en mi habitación.
Mientras tanto, en Londres
Narra _____
Me levanté y miré el reloj. Las 16:00 p.m. Genial, mi muevo récord. No comí, para qué. No tenía hambre. A decir verdad, a penas he comido esta semana. ¿He dicho ya que echo de menos a Rubius? ¿No? Pues echo de menos a Rubius. Seguro que él ya ha encontrado a alguien. ¿Estará besando a otra ahora mismo? Ya no somos pareja, él puede hacer lo que quiera, y yo también. Aunque algo me hacía querer serle fiel. Serle fiel para siempre.
Estaba tumbada en el sofá, tampoco quería salir hoy. Mi móvil sonó, miré la pantalla "Mangel", cogí.
*Conversación telefónica*
-¿Sí?
-¿_____? ¿Teh molehto?
-Que va Mangel. ¿Que se te ofrece?- dije intentando poner un tono alegre.
-¿Como ehtah?
-B-bien supongo. ¿Y tú?
-Bien. Oyeh, toh te echamoh de menoh.- dijo enfatizando la palabra "todos" -Sobreh toh Rubiuh...- susurró, más yo hice como que no le escuchaba.
-Y yo a vosotros.- sonreí aunque no me estuviera viendo.
-Alguien quiereh hablah contigo.- dijo tras una pausa.
-Pasámelo.
-Ho-hola- hipó. No se quien era, pero parecía borracho.
-¿Quien eres?- pregunté confusa.
-¿Es que ya no recuerdas ni a tu novio? Ah, es cierto, ya no somos pareja.
-Rubius...-los ojos se me llenaron de lágrimas.
-¿Te acuerdas de mi nombre?
-¿Por qué iba a haberme olvidado?
-No sé, seguramente ya me habrás substituído por alguien mejor.
-¿Por que piensas que voy a substituirte?- tragué saliva y empecé a llorar en silencio.
-Fue muy fácil para ti marcharte parecía decepcionado
-Era mi sueño Rubén.- contesté seca.
-Ya te dije que hicieras lo que quisieras.- hizo una pausa. -¿Pero sabes qué? Te deseo suerte para encontrar a alguien que te ame tanto como lo hago yo.