Narra Rubius
Me despertó una cadena de besos bajando por mi cuello hasta llegar a mi pecho.
Sonreí.
-Buenos días mi vida.- me desperecé.
-Buenos días.- levantó la cabeza y me besó.
-¿Bajamos a desayunar con todos?
-Claro.
Nos vestimos y bajamos al comedor donde todos estaban ya sentados a la mesa en silencio.
Nos sentamos.
Durante unos dos minutos nadie dijo nada, hasta que se rompió el silencio.
-¿Por qué anoche hacías esos ruidos tan raros hemanito?- Ana nos señaló a _____ y a mí.
_____ se puso como un tomate y agachó la cabeza, yo sólo me limité a sonreír.
-Cosas de mayores.- le removí el pelo.
_____ me dió un codazo y me fulminó con la mirada.
-Son como los ruidos que hacen mamá y papá.- afirmó.
Aquello provocó que todos nos atragantaramos con el desayuno y las carcajadas del abuelo.
-Papá, ¡no tiene gracia!- exclamó mi madre enfadada.
-¿Vosotros también os casareis, como mamá y papá?- esta vez fui yo el que se atragantó.
-No-no lo sé. Es muy pronto.- respiré hondo.
-¿Pero queréis?- insistió.
-Su-supongo.- le sonreí.
-¿Y tendréis bebés?- dijo con un brillo en la mirada.
-Ana, vete a preparar que tienes que ir a clase y deja de hacer preguntas.- mi madre nos salvó.
Se fue refunfuñando.
-Gracias mamá.- respiré aliviado.- _____ ¿te encuentras bien? Estás blanca.- dije cogiéndole la cara con las manos, preocupado.
-Eh, sí claro.- sonrió.
-Lo sentimos mucho por Ana.- dijo Héctor.-A veces es muy preguntona.
-No importa.- le mostró sus blancos dientes.
*********
Narra ______
Ya había acabado de desayunar y me disponía a ir a mi cuarto cuando la madre de Rubius me llamó.
-_____, ¿puedes venir un momento?
-Claro.- nos dirijimos al patio.
-Yo quisiera pedirte un favor...
-Dígame.- sí le hablaba en tercera persona.
-Por favor, tuteame.- asentí y ella prosiguió.
-Quiero que cuides a mi hijo. No sabe valerse por si sólo, es un desordenado y un torpe. Es muy maleducado y se pasa el día comiendo cosas que harán que en unos años le explote el bazo. Se queja por todo y no se merece la mitad de las cosas que tiene. Pero he visto que él está muy enamorado de ti...- hizo una pausa- no sé que le has echo, mi hijo antes no era así.- rió.- Y estoy segura de que te trata como te mereces. No dejes que le pase nada malo. ¿Me lo prometes?
-Pues claro que sí.- sonreí.- Rubén es el mejor novio del mundo.
-Ah, y yo también quiero que me deis nietos.- sonrió, yo me sonrrojé.
Volví a la habitación donde se encontraba Rubius.
-Ey, mañana volveremos a España. ¿Vamos a una tienda a comprar comida para el viaje?
-Claro, vamos.
Nos pusimos los abrigos y nos dirigimos al supermercado más cercano.
-Ve a pagar esto, que a mi se me olvidó una cosa.- me informó.
-Valeeeep.- respondí.
-This.- dije en inglés cuando pasé por caja.
-You aren't live there, no?- dijo el chico en inglés.
-No, I'm spanish.- Sonreí.
-Vaya, yo también soy español.- respondió sonriente en mi idioma.- siempre es un placer encontrarse con una chica tan guapa como tu que sea de tu mismo país.- mostró su bonita sonrisa.
-Gracias.- sonreí y agaché la cabeza.
-Si quieres cuando acabe mi turno puedo enseñarte un poco la zona, ¿has venido sola?- dijo sonriente.
-No, ha venido con su novio.- Rubius me agarró de la cintura.
La expresión de aquel chico cambió totalmente.
-Ah, de acuerdo. Tomad vuestras cosas.- cojimos las bolsas y nos fuimos de allí.
Rubius iba serio y estuvimos un rato en silencio hasta que yo lo rompí.
-No tenías que haber tratado tan mal a ese chico, no te hizo nada.
Se paró en seco y se giró para mirarme a los ojos.
-Nadie intenta ligar con mi novia. NADIE.- recalcó.
Reí.-Eres un celoso.- le pellizqué la mejilla.
-No soy celoso. Sólo cuido lo que es mío...
-Eres idiota.- lo puse a mi altura y le besé.
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-Os voy a echar mucho de menos familia.- dijo Rubén despidiéndose de todos.- Volveremos pronto, ¿de acuerdo?- estaba a punto de llorar. Le abracé.
Yo también me despedí de toda su familia.
-Recuerda lo que hablamos _____.- dijo la señora Gundersen a mi oído.
-Claro.- sonreí.
Subimos al avión y nos dirigimos de vuelta a Madrid.
-Rubius, ¿duermes?- le acaricié la mejilla.
-No.- se giró hacia mí. Tenía una expresión triste.
-No estés mal, ya volverás a verles. Yo hace más de medio año que no veo a mi familia, y tengo tres hermanos.- reí.-Cuando vaya me matarán, pero bue, you only live once.
Sonrió.
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-Estamos a punto de aterrizar.- comunicaron.
-Por fin.- dijo al salir del avión.- No pueden tener a alguien tan largo como yo sentado allí horas.
Reí.-Bueno, yo tengo que irme a casa.
-¡No! Te acompaño a dejar tus cosas y vienes a dormir a la mía.
-Llevo una semana durmiendo contigo Rubius.
-Yo quiero dormir contigo toda la vida.